A una lista inolvidable de nombres como los de “Jolly Jumper”, “Pequeño Tío” o “Ártax”, y que inevitablemente desbloquean infancias más o menos cercanas, desde el pasado fin de semana, y en esta ocasión pasando del plano de ficción al de reales crines y cascos, esta lista de memorables nombres de caballos puede añadir uno nuevo: el del naronés “My Voici d’Urzy RF”.
Con el mallorquín Joan Antoni Riera como conductor, este trotón de la Cuadra David Romero ha hecho historia, y es de esperar que así siga siendo en palabras de su criador. Y es que este caballo nacido en Sedes ha sido el segundo gallego que en 92 años de historia ha conseguido estar en el reconocido Gran Premio Nacional de Trote, disputado en el mallorquín hipódromo de Son Pardo, en Palma.
Y no sólo como participante, sino consiguiendo una increíble segunda posición en el Premi Consell de Mallorca. “Sólo dos centímetros nos separaron de la victoria –toda vez que el tiempo con el ganador fue el mismo–”, relata su criador, que acudió al esperado debut de este caballo de tres años de edad.
Una modalidad y una raza poco conocidos en Galicia, como señala el propio Romero, en la que el caballo tira de un carrito –llamado sulky–, recordando a esas pruebas de cuádrigas de un pasado “Ben-Hur” o las de una futurista “Star Wars” y sus carreras de vainas. “Son carreras que llevan haciéndose muchísimos años, a nivel mundial. En Francia, por ejemplo, está al nivel del fútbol. Corren en hipódromos enormes, con una gran afluencia de público y una elevada cifra de premios”, cuenta Romero, “en esta de Mallorca había 250.000 euros,100.000 para la carrera grande y en el Grand Prix de América en Francia, estas cifras se elevan al millón y medio de euros”.
Un interesante contexto para entender la importancia de la segunda posición lograda hace sólo unas jornadas por “My Voici d’Urzy RF”, ya que de inicio “el nivel de estas carreras es muy alto y ya es difícil acceder a ellas. Mallorca es, por así decirlo, la Segunda División de estas citas y la mayoría de los trotones eran de allí o franceses”, relata Romero. “El domingo, el hipódromo estaba a rebosar, miles de personas”, cuenta, “y la gente que está allí detrás de este deporte puede vivir de eso. Y aquí no se puede, pero podríamos tenerlo porque hay mucha afición para poder hacerlo”, subraya el naronés, haciendo un llamamiento a una esperada construcción de instalaciones adecuadas para la práctica de esta y otras modalidades ecuestres.
Romero es uno de los pocos criadores gallegos que se encuentran registrados en la Astrot – Asociación de Criadores y Propietarios de Caballos de Trote–, y compitiendo en la Federació Balear de Trot, condición indispensable para que sus animales puedan, en primer lugar, saltar el charco mediterráneo y comenzar el llamado pupilaje en la cuna española del trote, como así hizo “My Voici d’Urzy RF” –llamado así en honor a su padre–, impulsado por las grandes condiciones que en él vio Romero.
“Tienen que ir allí para entrenar –tras una base inicial, en este caso, en Narón–, porque tienen unas condiciones que aquí no tenemos. Es muy difícil darle entrenamientos a estos caballos aquí en Galicia”, cuenta el naronés, señalando la capacidad de “buscarse la vida” de cada uno en “instalaciones propias, yendo cuando puedes a alguna playa o parcelarias”. Si bien esta situación no es, en absoluto, la propicia para darle forma a un campeón, a un diamante en bruto como pudo ver en su caballo.
Romero, especialmente contento por el segundo lugar –”fue un logro muy bueno”–, señalando que, tras 30 años criando, éste fue el segundo de su cuadra en cumplir los criterios para poder entrar en el, por así decirlo, selecto club mallorquín. Y, además, de un único propietario, en una competición y un mundo en el que la compra de potros por parte de peñas o directamente empresas, está a la orden del día.
“Esto es una cosa que pasa sólo una vez”, cuenta, “normalmente nosotros les compramos el caballo a ellos... hacerlo al revés es muy difícil y además nosotros somos amateurs, lo hacemos por afición”. Con el éxito de “My Voici d’Urzy RF”, Romero espera dar visibilidad no sólo a esta modalidad y raza, sino a esta disciplina que, como cada deporte, necesita de unas adecuadas instalaciones para que sigan saliendo campeones y en ningún caso tengan que emigrar para poder encontrar su máximo potencial.
“Desde pequeño tengo pasión por el caballo”, cuenta David Romero, que recuerda ir de la mano de familiares a ferias de compra-venta de ganado y “fijarme mucho” en estos animales. “Me enamoré”, sentencia. Y tanto que lo hizo, compaginando su profesión de corredor de seguros con un título de auxiliar de clínica y criador.
Una pasión que también lo unió a su pareja –veterinaria– y que ha transmitido a sus dos hijas. “Están muy involucradas”, apunta un Romero que asimismo fue jinete, campeón gallego y miembro de la Federación Gallega de hípica. “Empezamos a comprar caballos, a competir... y descubrimos los trotones y empezamos a criar en 1995”, cuenta el naronés que asimismo tiene en su finca de Sedes otras razas.
Y para que esta pasión no caiga en saco roto y más personas puedan seguirla, Romero sueña con contar, algún día, con un hipódromo –”ya no digo como el de Mallorca, que eso ya se consigue con muchos años”, aclara– o unas pistas adaptadas. “Es lo apropiado para que pudiéramos seguir trabajando este tipo de caballos y darle nombre a Ferrolterra”, recordando asimismo que, antes de la pandemia, ya hubo conversaciones sobre un proyecto así en Narón. “Tendríamos capacidad para hacer pruebas de salto, enganche, raid... Sería bueno para todos”, apunta. Dando así un paso más en un camino con citas como Equiocio o la Feira do Cabalo de Moeche que se realizan en recintos adaptados a estas citas de manera puntual.