Marcos Blanco es una persona que siempre estará ligada al voleibol y a San Sadurniño, su casa. El jugador quiso devolver todo lo que había dado su pueblo, ya que gracias a él ha crecido muchísimo. Por ello, ha decidido devolver algo de lo que le han dado, tanto al Intasa como a ‘Sansa’, organizando el Rei da Granxa Voley Fest, un evento que combina música y voley playa, que espera ser una referencia no sólo en el norte de Galicia, sino del territorio nacional.
¿Está nervioso por el Rei da Granxa Voley Fest?
Más emocionado que nervioso (ríe). Al final es algo nuevo, pero llevo toda la vida en el voleibol. No es como la primera vez que intentas montar algo o que juegas un partido, pero sí que estoy emocionado por hacer algo nuevo en mi pueblo.
¿Cómo surgió el proyecto?
Cuando era más pequeño no jugaba voley playa porque en el norte de Galicia no lo había. Un chico extranjero que había venido a jugar en pista me llevó con él a trabajar a Italia, en las escuelas de playa en Bibione y en Venecia. Allí, una vez al año, hacían un torneo llamado Beach Volley Marathon, que englobaba un festival de música y un torneo de voley playa muy grande. Había cinco mil o seis mil jugadores. Se me ocurrió sacarlo de esa zona del norte de Italia, que se profesionaliza como si fuese fútbol, y traerlo a un pueblo más pequeño e intentar enseñar a la gente que eso no sólo es deporte, sino también ocio.
¿Por qué hacerlo ahora?
Fue un poco casualidad hacerlo en estas fechas. En los dos últimos años, intenté hacer algo, pero no tenía ni el tiempo ni los recursos necesarios para hacerlo. Este año, como por desgracia no pude acabar la temporada por culpa de una lesión, tuve más tiempo a plantear el proyecto. Vi si tenía que hacer obras y demás cosas relacionadas. Se me cuadraron todos los astros y dije que era el momento para hacerlo. Si no era ahora, no era nunca.
¿Organizarlo en San Sadurniño es una manera de devolver todo lo que le ha dado tanto a nivel personal y deportivo?
Exactamente. Es intentar buscar otra forma de, sin jugar directamente, devolverle al pueblo lo que hizo por mí. Sobre todo para el equipo de voley y para los niños que están empezando. Es una forma de disfrutar de este deporte, sin tener que ser sólo en la pista.
Sólo va a haber dos pistas. ¿Es por el tema de espacio o porque quiso ser conservador?
Es un poco ambas cosas. La idea de hacer dos pistas es para adaptarse bien a las normativas de la Federación Española. Los mínimos que me piden para poder organizar Campeonatos de España, traer selecciones, es tener, como mínimo, dos pistas con medidas profesionales. Entonces, opté por hacer dos con mucho espacio, antes que intentar meter tres, pero que no estuviesen a la altura de las exigencias de la Federación. Si mañana conseguimos que el proyecto crezca y se establezca, tenemos margen a crecer porque Manuel, que es el dueño de A Granxa y tiene mucho espacio, siempre nos apoya.
Imagino que no hay nada fácil en este proyecto.
No, nada es fácil (ríe). Jugar no es fácil ni crear algo es fácil. Yo tengo la vida dividida en mitad deporte y mitad trabajo. Es algo que me gusta. Pese a que no es fácil, hay que buscar la manera de que sea así.
¿La parte burocrática es la más complicada?
Pues eso no te lo puedo responder (ríe). Te tengo que decir que en la parte burocrática tenemos bastantes facilidades con el Ayuntamiento. Como este año fue una inversión privada, intenté tirar de los contactos que tenía para poder llevarlo a cabo. No hay nada de inversión pública. No tuve que pelearme con las administraciones, pero entiendo que los siguientes años, cuando intente que la Xunta de Galicia o Deporte Galego se vuelquen con el proyecto, sí que tendré que lidiar más con ellos.
¿Tiene algún apoyo de algún compañero?
Sí. Me ayudan en la parte de la difusión. En lo que es la gestión de la obra, la organización del torneo, el capital o la parte técnica, sí que lo hago yo. La difusión del torneo para que vengan a jugar, se lo delego casi todo en mis compañeros porque son los que tienen más trato con los jugadores.
¿Va a haber alguna sorpresa?
Sí. No quise sacar todo lo que tengo pensado hacer. Al final, al ser el primer año que se monta a lo grande, es más difícil que la gente de fuera se te anime, pese a que hay un circuito muy fuerte en el norte de España, sobre todo en Cantabria o en Asturias. Intentar traer a la gente de fuera con un proyecto que nunca se hizo, es muy difícil. Este año lo teníamos pensado para que la gente de Galicia pudiese venir a disfrutar de lo que estábamos y después, cuando la gente de fuera viese la calidad del torneo, vengan.
Por sus palabras, da a entender que o Rei da Granxa ha llegado para quedarse.
Sí, sin duda. Esta es la única edición que haremos este verano porque por el calendario, las fechas y el coste de la obra no nos da para más. De cara al año que viene, tengo planteado traer competiciones de categorías inferiores, que a día de hoy es de lo que más gente mueve y donde se necesitan más sedes. Mínimo habría una competición de categorías inferiores, una o dos del Campeonato Absoluto Gallego y luego la edición del Rei da Granxa.
¿Qué mensaje manda para que la gente se anime a probar esta modalidad que poco tiene que ver con el voleibol de pista?
Es un deporte completamente diferente. Pese a que desde fuera el voleibol pueda parecer muy difícil porque es muy técnico, es muy gratificante y entretenido. Intentamos montar las instalaciones en un espacio natural para que disfruten. Animo a todo el mundo a probarlo porque es algo único.
¿Qué le pide a esta edición?
La verdad, a estas alturas que ya está casi todo listo, que salga bien, que haga buen tiempo y que la gente que venga se lo pase muy bien.