Lola Muñoz y David Palomo llegaron para quedarse. Esta pareja, que ha hecho del torrezno un plato central en la gastronomía naronesa después de un año en este municipio, tiene claro que la aventura continua. Eso sí, antes de nada habrá que celebrar, en este caso, un primer aniversario.

O Encontro do Soriano sopla las velas con una jornada, el próximo sábado día 12, que no dejará indiferente a nadie. Entre un sinfín de pinchos, explica Muñoz, sorteos de botellas de vino, música y alguna sorpresa que aún no se puede desvelar, harán las delicias –nunca mejor dicho– de todos aquellos que quieran pasarse por el local. 

Además, tal y como apunta esta pareja natal de Soria, ya han empezado a promocionar una oportunidad que, mire por donde se mire, dejará buen sabor de boca. De esta forma, quien se acerque al local a probar un torrezno –el equivalente en este caso a un boleto o a una participación– podrá hacerse con una cena para dos, botella de vino incluida. 

A fin de cuentas, y aunque uno no sea el agraciado, ya gana si de gastronomía se refiere. Todo ello, explican desde la gerencia del local, para poner en valor “un año que ha pasado demasiado rápido”, que es lo que sucede cuando las cosas se hacen con mimo.

Una nueva carta

Y si esto le parece poco a alguno, durante esta festividad se aprovechará para dar a conocer la carta de verano, “la que deja atrás las cucharas y opta por unas elaboraciones más fresquitas”, explica Palomo, a los fogones del negocio. 

Eso sí, con los productos de calidad que le hicieron enamorarse de esta tierra, a los que 365 días después se han sumado otros. “A lo largo de este año he ido descubriendo todo el producto que tenéis en la ría, en ocasiones infravalorado". 

"Tenéis zamburiña [que ellos traen de Barallobre], pulpo y pescados que nos han demostrado que lo que llega a otras zonas de España no tiene valor”, asevera el chef, quien reconoce entre risas que “pensábamos que en Soria conocíamos el producto gallego, pero, una vez estando aquí, he descubierto el mundo”. 

Y es que quizá, aquellos que tienen de mano manjares como los mencionados no siempre se paran a pensar en este tipo de cuestiones, pero estos naroneses de adopción aseveran que después de probar todo tipo de platos a lo largo de la geografía nacional, “nos quedamos con esta ría al 100%”.

El maridaje

Otra cuestión que ha surgido en sus cocinas hace referencia a la sinergia entre localizaciones. De esta forma, la materia prima de Galicia marida a la perfección con la soriana, que también reluce dentro de su carta. Ellos optan “por lo de toda la vida”, lo que sabe bien y se hace con mimo. 

Explican que no trabajan con productos envasados, aquellos que llegan y están prácticamente listos para el consumo, sino que con los torreznos, por ejemplo, “tenemos una fábrica de mano que los hace como hace 500 años. Los ahuman en recipientes de barro y luego están meses en los secaderos. Llegan aquí y nosotros sabemos que esto es un producto 100% original”.

Esto es lo que les permite ofrecer un sello de garantía, “por el que luchamos día a día”. Puede ser que este, entre muchas otras cuestiones, sea ese elemento diferenciador que les ayudó a conseguir un renombre que mantienen intachable después de un año de duro trabajo.

Eso, y, como explica Palomo, el gran valor que los comensales locales le dan a la carne porcina. “Aquí amáis al cerdo. Tenéis un cariño especial por el animal, lo que ha supuesto una puerta que no pensábamos que íbamos a tener tan abierta. Hemos intentado jugar con ambas gastronomías y, sin duda, funciona”.