LETRAS ESPAÑOLAS | Horario Castellanos, en la tradición golpista

Literatura en #Nordesía: Luis Alonso Girgado profundiza en "Cornamenta", de Horacio Castellanos
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El Salvador como país hace ya muchos años que ha dejado de responder a su nombre en el contexto de la Centroamérica más caliente y violenta, más encenagada en gobiernos militares metidos a una política de crimen y represión; incendiaria, promotora de constantes guerras civiles con su cortejo de exiliados, represaliados y víctimas de los que la Iglesia tampoco se ha librado. De esta devastadora situación sabe mucho y también ha escrito mucho el escritor salvadoreño Horacio Castellanos Moya, ya que una dilatada carrera como novelista que se sitúa en el ámbito político y en el línea revolucionaria con un permanente criticismo que se dirige a sectores sociales capitalistas, colaboracionistas; a un militarismo brutal y corrupto que apoya gobiernos tiránicos y tiene al país en una situación permanentemente conflictiva, subdesarrollada y en un inmovilismo represor del que no consigue salir.


Cornamenta (Random House, 2025) es, como novela, la octava pieza de un ciclo narrativo titulado La saga Aragón en la que, de nuevo, el escritor pasa revista, esta vez en clave irónico-burlesca y con ostensible presencia de las típicas e ilícitas relaciones extramatrimoniales, que constituyen el elemento caracterizador de la libertina y desmesurada pasión que desequilibra a Clemen Aragón, un personaje patéticamente donjuanesco que está en permanente estado de “cacería” de cualquier anatomía femenina que se le acerque. 

 

Figura timorata y mediocre, con un pasado de exilio en México, ha conseguido meterse a coordinador de AA (Alcohólicos Anónimos) al tiempo que, como buen samaritano, se esfuerza en redimir a un abigarrado grupo de practicantes de lucha libre, uno de los cuales, el Gavilán Migueleño, ha muerto en circunstancias sospechosas. Esta es la fallida veta policíaca de la novela. Clemen es, en realidad, un don nadie, un fantoche buscavidas que con frecuencia acaba de cazador cazado, aunque su tenacidad sea desde luego admirable. 


En estas coordenadas el novelista orilla la temática militar que solo al final de la historia, con el estallido de unas elecciones fraudulentas, adquiere cierta relevancia. Y así, entre consolador de viudas, arrimado como segundón al poder militar y esporádico forjador de “cornamentas” ( además de sospechoso y pusilánime figurón de izquierdas), discurre la existencia de Clemen, a quien su esposa mangonea como aun títere.


“Cornamenta”, pues, con su palpitante fondo político y su denuncia de un militarismo corrupto y despótico, es una novela contrastiva con una trama sopesada cuya intensidad trágica solo asoma puntualmente en el cierre de lo narrado. No ha querido el escritor “hacer sangre” en este nuevo asedio a su país y, por ello, atempera circunstancias y situaciones pícaras entre personajes de medio pelo, aplastados también por los acontecimientos y las ataduras que los hacen cómplices bajo una aterradora vigilancia armada, estimulada por los anacrónicos gobiernos.


“Cornamenta” es una novela que comparte asperezas y algunas tragedias. Todo lo cual se enfoca desde una mirada jocosa y desvergonzada, anecdótica, que fluye entre opuestas tonalidades, pero siempre con un latido humano en verdad tragicómico. Sus páginas duelen y divierten al lector, como la misma vida. 

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