El Consello de la Xunta, en su sesión de ayer lunes, dio luz verde a la licitación de los trabajos de la fase 1A del proyecto de saneamiento de la zona rural de Ferrol. Esta iniciativa, anunciada por Augas de Galicia en octubre de 2024 pero que comenzó a gestarse en 1999, tiene como objetivo completar la red municipal para que preste servicio a la mayor parte del término municipal antes de que finalice 2027, un horizonte temporal que los vecinos ven “difícil” de alcanzar pero que, al menos de momento, sigue cumpliendo con los hitos marcados en un principio.
Este primer conjunto de obras, como explicaron a comienzos de mes el teniente de alcalde y el concejal de Zona Rural, Javier Díaz y José Tomé, respectivamente, se centrarán en las parroquias de Doniños y A Cabana y contarán con un presupuesto de 5,7 millones de euros, de los que la Xunta aportará el 70% –subvencionados mediante el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder) Galicia 2021-2017–. En este sentido, desde la administración autonómica se recordó que el proyecto en sí permitirá prestar este servicio esencial a unos 4.400 vecinos, de los cuales 1.350 se corresponden a esta primera fase.
Respecto a los otros dos segmentos de la iniciativa –1B y 2–, el gobierno gallego señaló ayer que sus actuaciones siguen “pendentes de definir”, si bien desde el Concello se afirmó que la idea es comenzar la licitación del primero de estos antes de que finalice el año y del segundo durante los primeros meses de 2026. Asimismo, desde el Consistorio ferrolano se insistió en que, por un lado, los trabajos de las diferentes partes serán compatibles y no excluyentes y, por otro, que a medida que se vayan completando las diferentes fases las zonas afectadas se irán conectando directamente a la red municipal –por lo que los vecinos no tendrán que esperar a que finalice el proyecto para beneficiarse del servicio.
En cuanto a los trabajos que incluirá este primer paquete de intervenciones, la Xunta detalló que el grueso de los mismos se centrará en completar la red de colectores existente entre el lugar de Valón, en la parroquia de Doniños, y la zona de A Cabana. De igual forma, la fase 1A también contempla la instalación de siete puntos de bombeo e impulsión –lo que supone la instalación de más de siete kilómetros de tuberías de diferente diámetro– para superar los desniveles topográficos registrados en las zonas de actuación, así como la reposición de todos los pavimentos afectados por las obras.
Tras el anuncio de este nuevo hito durante la mañana de ayer por parte de la administración autonómica, desde la Agrupación de AVV de la Zona Rural se recibió la noticia con satisfacción, pero también con cierto grado de reserva en lo relativo a los plazos de ejecución. En este sentido, el presidente de la entidad, Manuel Sendón detalló que las fechas planteadas durante el último encuentro con el director de Augas de Galicia, Roi Fernández –celebrada el pasado mes de mayo–, se estaban cumpliendo, con la licitación de la fase entre los meses de junio y julio con el objetivo de iniciar los trabajos en octubre o noviembre; pero a su vez señala que la tramitación para declarar de utilidad pública la ocupación de los terrenos afectados –58 parcelas– aún no se ha completado, lo que podría afectar al inicio de las labores.
“En estas reuniones, tanto en la que tuvimos en el Concello como en la del local social de Valón, el compromiso era el de comenzar las obras a más tardar en noviembre, aunque factores como los trámites burocráticos o los permisos sectoriales pueden suponer retrasos”, señaló Sendón, que, no obstante, se muestra contento de que “al menos el saneamiento ya está en marcha”. Respecto al proyecto en sí, el presidente de la Agrupación quiso destacar que esta extensión de la red supondrá prestar servicio a la gran mayoría de los vecinos del rural, pero no a todos, dado que existen algunos núcleos poblacionales muy reducidos en zonas con una topografía “compleja”. Por el momento, apunta, no existe una solución definitiva para los mismos, pero señala que se está estudiando la posibilidad de que la administración autonómica sufrague una modernización de sus fosos de aguas negras como alternativa a una hipotética nueva fase.
Como ya se señaló, el anuncio de esta propuesta se realizó en octubre de 2024, pero su origen es muy anterior. A este respecto, el presidente rememora que, al menos en lo referente a la parroquia de Covas, nació en el año 1999 gracias a fondos comunitarios, que se emplearon para construir un colector que “nunca se enganchó” a la red municipal.
La propuesta, apuntó, quedó en el tintero hasta 2013, cuando durante el primer mandato de José Manuel Rey se retomó mediante una iniciativa de Emafesa con minidepuradoras que los vecinos rechazaron de pleno. Un año más tarde, el gobierno local presentó un segundo borrador, en este caso empleando sistemas de bombeo que sí gozó de mayor aceptación, con una inversión de unos seis millones de euros que se sufragarían mediante la Empresa Mixta de Aguas. No obstante, la actuación quedó paralizada durante el ciclo de Ferrol en Común tras descubrirse que no se estaba prestando el servicio de saneamiento a la zona urbana, lo que desembocó en un procedimiento judicial para que se devolviesen las tasas pagadas a los vecinos. No obstante, tal y como explica Sendón, esto tuvo como consecuencia que la intervención en el rural quedase paralizada hasta 2023, aún durante el mandato del socialista Ángel Mato, cuando fue asumida por Augas de Galicia.