Ultramar cuenta las horas para poder estrenar el futuro centro social del barrio

La memoria técnica del proyecto aporta múltiples datos de la adaptación del local adquirido por el Concello ferrolano
Ultramar cuenta las horas para poder estrenar el futuro centro social del barrio
El futuro centro social tiene una superficie de 372 metros cuadrados | Emilio Cortizas

El pasado jueves, día 31, el Concello de Ferrol anunció la aprobación durante una sesión extraordinaria de la Xunta de Goberno Local (XGL) de la adquisición de un local de 300 metros cuadrados en Ultramar para alojar el futuro centro social del barrio. Con esta operación, tal y como explicó la presidenta de la AVV, Natalia Ares, se da respuesta a una demanda de los vecinos que se remonta tres décadas atrás.


“Como asociación estamos encantados, emocionados e ilusionados, porque después de tantos años por fin se hace realidad nuestra gran lucha”, afirmó la representante. Y es que este espacio, que no sustituirá la histórica sede de la entidad de la calle Nueva de Caranza, no solo supondrá un importante ahorro para la misma, sino que también permitirá expandir enormemente la oferta de actividades culturales y lúdicas que se ofertan a los residentes de la zona.


Tal y como señala la memoria del proyecto y como recordó el alcalde, José Manuel Rey, durante la presentación del proyecto, Ultramar –u oficialmente el Ensanche B– es una de las áreas con mayor densidad poblacional del municipio, con unos 6.000 habitantes. Sin embargo, a día de hoy el barrio carece de un centro social en el que celebrar actividades, por lo que la AVV debe alquilar otros espacios para realizar parte de su labor, con el coste que ello conlleva.


Así, tras valorar diferentes opciones –la entidad rechazaba la construcción de uno nuevo, dado el coste que supondría para las arcas municipales–, el Concello se decantó por un establecimiento de 372 metros cuadrados situado en el número 22 de la calle Uruguay, que antes albergaba un supermercado de la empresa Familia –Grupo Vegalsa–. Está, por tanto, en “el corazón del barrio”, como apuntó Ares, junto a la parroquia de Santo Domingo y a menos de 40 metros de la plaza que da nombre al área.

 

Actuaciones previstas


Si bien el aspecto final del local dependerá de la redacción de la iniciativa, que se licitará en un futuro próximo, la memoria técnica del mismo permite adelantar algunas de las actuaciones que se realizarán en el espacio. De este modo, el documento avanza que se demolerán todos aquellos elementos e instalaciones que no sean aprovechables en la reforma, especialmente los solados, que se sustituirán por otros adaptados a la normativa vigente en materia de aislamiento térmico, impermeabilidad y protección contra el gas radón. Asimismo, se adaptarán las rasantes para cumplir con la Ley de accesibilidad y eliminación de barreras arquitectónicas, optándose, entre otros materiales, por las losetas de gres, el pavimento vinílico o el terrazo.

 

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Sede de la Asociación de Vecinos en la calle Nueva de Caranza | E. Cortizas


En cuanto a la tabiquería, la memoria plantea el uso de paredes de Ladrillo Hueco Doble (LHD) enfoscado o pintado, o bien paneles de yeso laminado con una subestructura de acero galvanizado. Los acabados, por otro lado, dependerán del diseño elegido durante la redacción del proyecto de ejecución. Las carpinterías exteriores, aun pendientes de ser definidas, se realizarán en policloruro de vinilo (PvC) o aluminio, atendiendo en todo momento “al cumplimiento de las condiciones térmicas” y al Documento Básico de Ahorro de Energía (DB-HE). Asimismo, las interiores emplearán en un principio madera lacada, aunque esta opción podría variar.

 

El interior


Respecto al interior, la memoria detalla que se deberá dotar al bajo de “los aparatos necesarios para dar cobertura al número de personas que permita el local”, incluido el equipamiento básico para su funcionamiento –mesas, sillas, electrodomésticos, etcétera–. De igual modo, se construirán los aseos adaptados que se estime necesario.


Otras actuaciones que se incluirán en el proyecto serán la adaptación de la fontanería y la red de tuberías de saneamiento a los nuevos usos del establecimiento; se cambiará la totalidad de los puntos de luz, empleando, de ser posible, tecnología LED; se sustituirá todo el sistema eléctrico, incluidos interruptores y tomas de corriente y, de ser necesario, el cuadro general de protección, así como los aparatos de calefacción. Por último, al ser imperante el cambio de rasante en el interior para garantizar la accesibilidad, también se plantean pequeños trabajos de urbanización en el exterior.


Cabe recordar que este conjunto de intervenciones, presupuestado en 180.000 euros –con impuestos incluidos– será sufragado al 75% por la Xunta a través del convenio firmado en abril con la Consellería de Vivenda e Planificación de Infraestruturas para la “rexeneración urbana” de la ciudad naval.

 

Más actividades


La compra de este local, aun no formalizada, supondrá un antes y un después para la Asociación de Vecinos de Ultramar, que podrá emplear sus fondos de una forma más efectiva al no tener que alquilar unas instalaciones para la realización de actividades. “La sede que tenemos es muy chiquitita”, explica Natalia Ares, apuntando que este centro social “va a ser un alivio muy grande, puesto que nos va a permitir hacer cosas que hasta ahora no podíamos hacer” o incluso ampliar los grupos de las propuestas que ya se están realizando.


A modo de ejemplo, la presidenta de la entidad detalla que se podrán contratar propuestas culturales como conciertos o representaciones teatrales, puesto que la falta de espacio también es un problema en el local arrendado, dado el alto coste de los bajos más grandes. A este respecto, la representante apunta que, en los últimos años, solo han podido tomar parte en propuestas de corales, ya que se les cedía para ello la iglesia, pero el uso de la misma estaba muy restringido a nivel de contenido. 

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