Los trabajadores del astillero ferrolano de Navantia protagonizaron esta mañana un nuevo acto reivindicativo en rechazo a las propuestas de la empresa para el futuro Plan Industrial de la compañía y el nuevo convenio colectivo. A pesar de que durante las últimas semanas se trató de alcanzar un acuerdo ‘in extremis’ antes de la última reunión del Consejo de Administración del grupo naval previa a las elecciones generales, finalmente ambas partes no lograron llegar a un entendimiento.
Así, a la espera de que se celebre una nueva asamblea general para definir el próximo calendario de protestas, la plantilla de la factoría de Ferrol celebró una primera concentración frente al edificio de Dirección. Durante la misma y de forma simbólica, se quemaron copias del nuevo Plan Industrial –bautizado por la empresa como “Horizonte 5.0”– y del acuerdo laboral.
A este respecto, el presidente del comité de empresa de la ciudad naval, Emilio García, explicó que, después de trasladarse al comité intercentros el rechazo mayoritario de ambos documentos en todos los centros de trabajo, se acordó una primera acción de protesta, que se realizó en todas las instalaciones de la compañía. “A idea con este acto é continuar coa negociación. Non nos valeron o convenio e o Plan por motivos diversos e a idea é que temos que sentarnos coa Dirección a negociar”, señaló García Juanatey.
En este sentido, el representante sindical apuntó que mañana mismo habría otra reunión del comité intercentros para definir un nuevo calendario de movilizaciones para forzar a la corporación a retomar las conversaciones, aunque admite que “os plazos son axustados” y que, por tanto, no sabe de cuánto tiempo se dispone. En cuanto a la postura de la compañía, el presidente del comité no cree que se vaya a cerrar en banda, dado que eso sería un “suicidio” de cara a su masa laboral.
En cualquier caso, las elecciones –especialmente ante una potencial modificación en el organigrama de Navantia de cambiarse el Gobierno–, sumadas a las vacaciones de verano podrían derivar no solo en una complicación a la hora de abordar las negociaciones, sino también su paralización como mínimo hasta el mes de septiembre.