Dejó escrito Rilke que “la verdadera patria del hombre es la infancia” y con cada año que se cumple es inevitable darle la razón al austríaco. De hecho, la historia que nos ocupa nace de una fotografía antigua, la de unos chavales futbolistas de Ferrol, “os camisolas verdes”, nacidos en la década de los sesenta, que aparecían posando en el campo de la Filial.

Aquellos jóvenes que hoy no lo son tanto decidieron hace ya más de dos décadas volver a reu­n­irse, tal y como recuerda para este periódico uno de ellos, Emilio Maceiras, y este sábado celebrarán ya la décimonovena edición de la “Xuntanza de la Esquina de Canido” recorriendo el barrio.

“Nosotros vivíamos allí, en las casas de Marina, y esto se formó a raíz de una fotografía en la que salimos con diez u once años”, rememora, contando que su primera reunión se fraguó intentando volver a hacer un equipo de fútbol y que, en las primeras quedadas, todavía echaban una pachanga.  Ahora, en cambio, se entregan en cuerpo y alma a las anécdotas, “las batallitas”, que van contándose durante una ruta que les llevará a recorrer prácticamente todos los bares canidienses.

A las 20.00 en el Seijo

“Normalmente quedamos en el Seijo y después vamos a la esquina para sacarnos una foto de familia”, anticipa Emilio, enumerando que la plaquita que colocaron en su día —“este año la cambiaremos, seguramente, porque ya está muy deteriorada”— fue ideada por Henrique Dacosta, quien añadió encima de la foto que “é tanto o que compartimos durante anos de infancia e mocidade, que a máis mínima desputa, celo ou rencor que puidese persistir desaparece”. 

Marinos, profesores, operarios del astillero, vecinos de Canido o de otros barrios, e incluso desde fuera de Ferrol: son una veintena los que se reunirán este sábado desde las 20.00 un año más para exaltar la amistad de los veranos eternos y recordar, por supuesto, a los que se han ido quedando en el camino.

“La edad va pesando un poco”, admite Emilio, aunque seguramente, cualquiera que se cruce a los de “la esquina” por el barrio en plena celebración, dirán que están hechos unos chavales.