Superando el medio siglo de actividad, el chiringuito Los Pinares, situado en la playa de A Magdalena, en el concello de Cabanas, se sitúa como el decano dentro de este arenal. Jose Manuel, gerente del establecimiento, recuerda los inicios, cuando “éramos 10, agora quedamos cinco”, eso sí, sin bajar el ritmo, puesto que el verano es exigente y una de las premisas de este establecimiento es poner en valor el “auténtico sabor Atlántico” con un mimo y calidad que habla por sí solo después de tantos años de trayectoria.
Recuperándose de un festivo tan señalado como el de ayer –cuando muchos celebraban sus patrones–, en el que el tiempo acompañó a los de Ferrolterra y los diferentes negocios recibieron con los brazos abiertos, el hostelero asegura que se ha notado que este año “viñeron moitos días de auga. Baixou a afluencia, si, pero nós mantemos as ganas”, remarca.
Y eso se deja ver en un equipo conformado por más de una veintena de personas –que roza las 35 durante los fines de semana– y para el que han “modernizado” la forma de trabajo.
“Temos timbres nas mesas para unha atención máis rápida e tamén ‘check-list’ que nos permiten facer todas as tarefas da apertura. Facemos un servizo un pouco máis sencillo grazas á tecnoloxía, o que nos facilita saber en todo momento como se atopan as mesas”, explica.
Y a pesar de que se pueda pensar que esto afecta a la forma de hacer “hostelería tradicional”, para ellos es un alivio cuando, en un verano, sacan cerca de 10.000 raciones de su plato insignia: la paella cabanesa.
“A media son unhas 100 ao día”, asegura el gerente, y es que este arroz con berberecho, caldo de pescado, verduras y sofrito recoge el “ADN da zona” de una forma muy singular y que, como los números exponen, “gusta moito”.
Porciones individuales o para grupos, por eso no hay problema, y tampoco si varios comensales de la misma mesa quieren probar diferentes propuestas de la carta, puesto que las, tal y como ellos las han bautizado, “paelleras multigustos” de Los Pinares permiten servir varios arroces al mismo tiempo sin olvidarse del apartado de carta reservado para los "Tortillers", "que hai moitos", o aquellos que quieren viajar, gastronómicamente hablando, al "planeta galegoide" o, pensando ya en la sobremesa, a las “nebulosas dulces”.