Podríamos decir, sin lugar a dudas, que los nuevos ascensores públicos de O Castrillón son muy gallegos. No es que no sepan si suben o si bajan, es que ni siquiera suben o bajan. Apenas unos días después de haber sido inaugurados en las calles de Pintor Villar Chao y Juan Montes, estos elementos salvaescaleras ya tienen el cartel que más teme una máquina: “Fuera de servicio”.