Mover el árbol político

tengo un amigo muy amante de las grandes plantaciones de árboles de las que dice que son el sustento y el maná del que todos debemos comer. Y este amigo siempre me dice que hay que tener mucho cuidado y cariño con los árboles ya que cuando se mueven suelen caer productos que luego van a ser difíciles de recuperar para comer o para ponerlos a la venta. Es que, me comenta, que cuando caen suelen sufrir destrozos que los inutiliza.

Estas reflexiones de mi amigo me vienen a la memoria estos días en los que el árbol de la política se agito por parte de Pedro Sánchez. Y de él cayeron frutas muy maduras que al llegar al suelo quedaron inutilizadas para el uso habitual.

El presidente Gobierno realizó un gran meneo al árbol que sustenta el Consejo de Ministros dejando fuera de él a una serie de personas que en otro tiempo era muy difícil pensar que podrían pasar al más puro de los ostracismos después de haber firmado una de decisiones a título personal que muchas veces molestaban a la gran mayoría de los integrantes del partido socialista. Tenían demasiado poder que lo ejercían muchas veces a espalda del máximo regidor del partido.

El gran meneo que le dio Pedro Sánchez al árbol cultivador de políticos, algunos de ellos según los mentideros que tanto pululan por la capital de Reino, totalmente intocables, o por lo menos así lo parecían. Los intocables fueron tocados y de entre ellos hay cuatro, una mujer y tres hombres, que estoy seguro no le perdonarán al jefe del ejecutivo que los apartara del rango y del coche oficial en estos momentos en los que el Gobierno de coalición intenta caminar por una senda distinta a la que lo hacía hasta ahora y que tenía un lastre en los postulados de muchos de los cesados

Los cuatro a los que me refiero son Carmen Calvo, José Luis Ábalos, Juan Carlos Campo o Isabel Celáa. Y hay un quinto, Miguel Iceta, que pasa de poder tratar con sus amigos independentistas y ocupar una plaza con sillón fijo en el equipo negociador, a sentarse sin público en las gradas de la Olimpiada y ver cómo le dan patadas a un balón o lanzan la jabalina…

Dicen que los árboles no dejan ver el bosque. Ahora la visión podría ser más nítida si tenemos en cuenta las frutas caídas en forma de servidores de lo público que es así como se definen muchos de estos políticos de perfil tan bajo.


Mover el árbol político

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