Quo vadis? Camino del precipicio

Que a la Iglesia Católica Jerárquica que ahora gobierna le queda menos que a media docena de suspiros en el medio del Atlántico, creo que nadie lo ignora y no por yo decirlo piensen que soy un pesimista empedernido, al revés; creo que es bueno para el cristianismo que la Iglesia se renueve y resurja una diferente. Siempre defendí que otra Iglesia es posible y somos una importante mayoría que lo creemos. Una Iglesia que sea más Vaticano II y a la que han intentado ocultar y callar, pero que cada vez está más viva. Es hora de que quienes han de hacerlo, den un paso adelante.


El modelo y las personas que la rigen iniciaron un camino sin retorno, vagando sin tener claro el rumbo y sin la autoridad y prestigio necesario. Está alejada de los fieles y los templos vaciándose. Los pastores no conocen los senderos y las ovejas nos hemos perdido, parece que se hayan olvidado del silbato. Ni entre ellos se escuchan con el ruido diario de los escándalos, ahora de operaciones inmobiliarias como los de Madrid, Oviedo y las que vendrán. No sienten el compromiso que los voluntarios de la Obra Social de la Iglesia, ni defienden con valentía y claridad los valores cristianos, su historia y obra ante poder político, es más, escapan y callan; y quien calla, otorga o es cobarde.


Mas que vivir la Iglesia, viven en la Iglesia. Si entran en la web de la Conferencia Episcopal, verán una pequeña referencia reflejada en un texto más vacío que el conjunto vacío, a lo referido estos días en Ceuta. La nota con una fotografía que parece de archivo y realizada en un día de la Romería de los Caneiros; penoso. En la de nuestra Diócesis, ni entren; ni referencia sobre el mismo asunto, aunque es más comprensible, como no hay Obispo, queda lo que quedaba. Y del Papa, qué contarles que aquí no haya dicho, sobresaliente en su acercamiento a otras Iglesias y dicen que algo de orden en el Vaticano, pero solo dicen. Porque dudas, montones.


Vaya panorama tenemos. Será bueno terminar de pasar este calvario jerárquico y, aunque con dificultades, seguro que ganará la esperanza.

Quo vadis? Camino del precipicio

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