Pocos peros se le pueden poner al discurso de Pedro Sánchez sobre la regularización fiscal de don Juan Carlos. Dijo exactamente lo que tenía que decir sin meterse en más jardines que los estrictamente necesarios. Habló de sentimiento de rechazo hacia las conductas incívicas, recordó que las regularizaciones son parte de los derechos de todos los contribuyente e insistió, para los duros de entendederas –como los que tiene en su gobierno, por ejemplo– que no se está juzgando a instituciones. De ahí que manifestase su total apoyo al rey actual. No se puede dejar más claro.