Cuando al alcalde ortegano se le pide que le ponga nota a esta edición del Festival del Mundo Celta de Ortigueira que toca a su fin, a Valentín Calvín únicamente le salen palabras de agradecimiento para el gran equipo de profesionales municipales que está detrás de los dispositivos de emergencias y limpieza; pero tampoco escatima aplausos para los vecinos y vecinas que soportan, con paciencia, que la población se multiplique durante esta segunda semana de julio. 

Precisamente, no se olvida de los visitantes, valorando que “los ‘folkies’ son gente extremadamente respetuosa con el medio ambiente y se puede comprobar en cómo queda todo. Lo comparas, por ejemplo, con las ‘cacharelas’ de San Juan en otros lugares, que queda todo lleno de basura, y piensas: ‘¿Qué sucede aquí? ¿Cómo es posible que esté todo limpio a las diez de la mañana?’ Pues que hay respeto y educación, y estoy encantado, es una maravilla”, valora.

En este sentido, el regidor celebra que “no pasó nada destacable en lo negativo”, un extremo que no es menor si se tiene en cuenta que, como recordó, mientras en el núcleo más céntrico de la villa reside apenas un millar de personas, estos días han sobrepasado los 100.000 visitantes. 

Sentimiento agridulce

"Este lunes, cuando la mayoría ya vaya, nos queda un sentimiento agridulce porque querríamos seguir con la fiesta, pero la normalidad tiene que volver, es necesario que Ortigueira recupere su pulso habitual”, reconoce, sosteniendo que los orteganos “hacen un esfuerzo muy importante por el que les damos las gracias desde el Concello y les pedimos disculpas por los inconvenientes inevitables de albergar a tanta gente”.

Valentín Calvín celebra que todo haya salido a pedir de boca y no oculta que no pasará mucho tiempo antes de sentarse de nuevo a planificar la edición número 48 del evento, la del 2026. No obstante, reitera su reconocimiento a “los operarios y funcionarios municipales de limpieza y emergencias, también a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, porque en esto no hay empresas, hacen ellos todo”, recuerda, enumerando con familiaridad a “Candales, el jefe de la Policía Local; a Rafa y Jaime, del GES y de  Protección Civil, y también al cabo y al sargento de la Guardia Civil, volcados todos en que no suceda nada negativo”.