Francisco Papa, sorprendiendo a propios y extraños, dejó esta afirmación urbi et orbi en contraste con otras manifestaciones de la jerarquía española a la que aun le queda un largo rastro del que se llamó nacional  catolicismo.
Es un buen mensaje para que el alcalde compostelano, delegado regio en la ceremonia de la traslación, le cuente al apóstol Santiago el infierno en el que vive el 16% de los hogares gallegos y  que ya son, bajo el binomio negro, cuarenta y siete mil familias más que el año pasado. T sin duda alguna el señor obispo, en nombre de la iglesia que representa el Papa Francisco, abrirá los petos de las iglesias para reparar, a modo de mirra, la pobreza que sufren muchos de sus vecinos…
Cuando hace días una ciudadana se acercó a la princesa Letizia contándola la tragedia que sufre su familia, la esposa del heredero le contestó que “está todo el mundo así…”
Hubo un tiempo en que la iglesia católica se alineó al lado de los que peor lo pasaban y ¿recuerdan? el franquismo respondió con una cárcel en Zamora para los cregos que, como el actual pontífice, conocían el drama de cientos de miles de personas desheredadas, rechazadas,  de un sistema que perseguía el vellocino de oro a costa del sudor de los más.
Pero es que además de la economía (con todo cinismo al tiempo de dar la noticia que cuenta como aumentan el número de ricos, nos hablan de brotes verdes y de una luz al final del túnel) nos quieren recortar los derechos civiles y con la mal llamada Ley de Seguridad Ciudadana –bautizada ya como la ley de la patada en la boca de la democracia– se pretende acallar la protesta ciudadana por la desigualdad, por ejemplo, ante la justicia con las nuevas tasas de Gallardón, que dejan indefenso a los ciudadanos y desarmados a los movimientos sociales.
Como nunca los gobiernos (el de aquí, el de allá) han reducido su ayuda a los sectores más desfavorecidos en medio de un clima de corrupción (lo penúltimo la denuncia de Europa contra la Diputación de Ourense a la que reclama diez millones de euros).
Esta economía mata, compañeros. Hay un 65% de jóvenes sin empleo ni futuro y el número de  mayores de 45 años en paro se cuadriplicó desde 2007.
Insisto: la economía de Mariano, mata.