La Primera División Autonómica femenina tiene un líder sólido, un equipo que, a pesar de un par de contratiempos –ha perdido y empatado sendos partidos–, domina la competición sin conceder demasiadas opciones a sus adversarios. El Porriño está a mucha distancia de buena parte de los equipos con los que comparte el campeonato, pero ello no quiere decir que sus rivales –el Balonmano Narón lo será mañana sábado, a las ocho, en tierras pontevedresas– no aborden sus partidos con ilusión y convencidos de que pueden, cuando menos, inquietar al líder.

Son partidos en las que la victoria es complicada y en los que lo primordial, a juicio del propio entrenador de la entidad naronesa, José Díaz, es “aprender y disfrutar” del balonmano en estado puro. No en vano, su oponente, filial de la formación de División de Honor, comparte a varias jugadoras con el de máxima categoría y, en líneas generales, todas sus componentes tienen un nivel físico, de juego y de trabajo superior al del resto de jugadoras del campeonato. Una diferencia que, inevitablemente, se muestra después en la cancha.

El Balonmano Narón acude con algunas limitaciones debido a las bajas de Raquel y Shasha, por motivos de estudios, y de las dudas acerca del concurso de la portera Jenny –con problemas físicos– y Merce –debido a cuestiones laborales–.