El folk metal desembarca en la noche de este miércoles –22.00 horas– en Armas de la mano de su formación más emblemática, Mägo de Oz, a la que la polémica por la suspensión del concierto en Vilagarcía de Arousa ha puesto en el candelero por motivos que nada tienen que ver con la música, la larga gira que llevan a las espaldas o el lanzamiento de dos singles que se incluirán en el álbum “Malicia, la noche de las brujas”, a la venta el 31 de octubre. Estos y otros temas los ha abordado Txus Hernández, su integrante más veterano.
¿Cuál es la relación de Mägo de Oz con Ferrol?
Mägo de Oz siempre tuvo una relación muy intensa con Galicia. Primero, porque siempre se nos ha relacionado mucho con ella por la música celta, las gaitas, las flautas y los violines que empleamos, y la verdad es que, además, ha sido una tierra que nos ha enamorado. Siempre hemos estado muy de la mano del pueblo gallego, sobre todo en las desgracias. De hecho, la canción, “Costa del Silencio” la escribí cuando fue el desastre del “Prestige” y siempre la hemos llevado como bandera. Luego hay un disco, que fue el primero multiplatino que tuvimos, “Finisterra”, que habla del Camino de Santiago, así que hay una conexión muy fuerte con Galicia. En Ferrol, sinceramente, aparte de que sabíamos que es donde nació el asesino dictador Franco, hemos estado alguna vez. Es un pueblo en el que se come divinamente y donde se está muy bien.
¿Este vínculo con Galicia se percibe en la acogida del público?
Sí, claro. Ten en cuenta que la historia de Mägo de Oz y Galicia es una historia de amor que comenzó hace ya muchos años. El primer DVD que grabamos fue en Cedeira y la historia del grupo está llena de abrazos musicales y artísticos entre la banda y esta tierra. De hecho, cuando tocamos aquí está señalado en el calendario porque son fechas importantes dentro de nuestras giras.
Es usted miembro fundador de la banda, en 1988. ¿Cómo se siente ser parte de esta “resistencia” y haber visto toda la evolución desde los inicios hasta hoy en día?
Se lleva con orgullo y la satisfacción del trabajo bien hecho. Yo he ido creciendo y madurando paralelamente al grupo. Mi vida personal y Mägo de Oz se podrían contar casi a la vez porque son muy parecidas. Creo que, cuando un músico monta una banda, esta también afecta a su vida privada. Se van a cumplir 38 años desde que nació y la verdad es que estoy muy orgulloso de la resiliencia que ha tenido. Hemos salido de muchísimas crisis, de formaciones que he tenido que volver a levantar y hacer que la gente creyera en ellas y, después de tantas, puedo asegurar que esta es la mejor que ha tenido nunca.
A nivel musical y estilístico, ¿qué evolución ha habido durante todos estos años?
Nuestro estilo es innegociable: rock duro o metal con música celta. Nunca hemos cambiado ni nos hemos vendido a modas que vienen y van. Hemos sido siempre muy fieles a lo que hemos querido hacer, con la evolución lógica que te da el paso del tiempo. Quizás son canciones bastante más complicadas algunas, y otras más comerciales, pero Mägo de Oz siempre ha sido un grupo que ha mezclado la seriedad con algo de jocosidad y alegría. Hemos tenido partes reivindicativas y partes humorísticas. En ese sentido, este es un grupo único y distinto porque podemos hacer discursos políticamente incorrectos, sacando banderas palestinas y llamando nazi a Netanyahu y, al rato, podemos subir niños de las primeras filas y regalarles unas baquetas. Siempre tenemos una dualidad de banda peligrosa, rockera y contestataria, pero también nos sabemos reír de nosotros mismos, y eso en el directo se nota.
Su último trabajo en estudio, “Alicia en el Metalverso”, es un álbum conceptual que trata temas muy latentes como la transexualidad, el ciberbullying o el acoso escolar. ¿Qué pretende este álbum y qué significa en la evolución del grupo?
Pretendemos señalar la problemática que tiene hoy en día la gente, sobre todo los más jóvenes. Es una llamada de atención sobre las redes sociales y las plataformas digitales. En sí mismas, como concepto, no son malas, pero se les hace muy mal uso y pueden hacer muchísimo daño a la juventud. No me gustaría señalar a las redes sociales como causantes de..., pero sí el mal uso que se les da. Por ejemplo, con un cuchillo puedes matar a alguien, pero no por eso hay que prohibirlos. Con las redes me pasa lo mismo. Yo no las tengo y las odio con toda mi alma. Creo que es una opción más para la gente que quiera socializar y comunicarse, pero yo sigo creyendo que es mucho más bonito tomar un café y mirar a los ojos a tu interlocutor, pero, claro, somos generaciones totalmente diferentes, hay muchísimos años de diferencia entre la mía y esta, aunque haya gente ya madura que se ha impregnado de esta realidad y de esta moda. Es algo que ves en los conciertos: gente con el móvil grabando, y me parece una idiotez porque estás viviendo un momento único e irrepetible, que es el directo. ¿Para qué verlo a través de una pantalla? Me parece increíble y propio de gente bastante absurda. Pero es la época que nos ha tocado vivir y con este disco intentamos exponer los problemas que, sobre todo, la gente joven puede tener en esta sociedad que va tan rápido.
¿Cómo está siendo el recibimiento del tour “Feliz no cumpleaños” por parte del público?
Muy bueno. Estamos ya en la segunda parte de la gira. Llevamos casi 130 conciertos y aún nos quedan más de 20. Se trata de un tour muy largo que nos ha llevado por todo el mundo, por Latinoamérica y EEUU, y hemos sido nominados a mejor banda en los Grammy Latinos. Estamos muy orgullosos del éxito que está teniendo.
Tras la cancelación del concierto de Vilagarcía hubo muchas dudas sobre si el de Ferrol se celebraría. ¿Cómo se vivió en la banda ese momento?
Sobre el Ayuntamiento de Vilagarcía de Arousa no voy a hacer más comentarios que el que se merecen: que son unos ineptos. Acusarnos a nosotros de frivolizar con la prostitución y con las drogas cuando se hace con ironía y como algo jocoso es tan estúpido como intentar que una película de humor como “Airbag” no se pueda rodar. Creo que tenemos la piel muy fina y que se han equivocado; ellos verán con su paletismo. Ferrol, como un ayuntamiento serio y normal, defiende la libertad de expresión y Mägo de Oz es un grupo para todos los públicos, de izquierdas, de derechas y del centro, y mientras tengas orejas y ganas de escuchar y de divertirte, pues está bien. Espero que con Toreros Muertos, una banda muy cultural, con letras muy profundas y nada machistas, por supuesto, no tengan ese problema. Tanto el Ayuntamiento como la supuesta banda del supuesto músico Pablo Carbonell se retratan y ahí queda.