Los trabajadores del centro logístico de Lidl encaran su tercera semana de huelga sin respuestas de la firma

Los trabajadores del centro logístico de Lidl encaran su tercera semana de huelga sin respuestas de la firma
Protesta celebrada ayer a las puertas del supermercado de Lidl del polígono de A Gándara | jorge meis

El conflicto laboral que enfrenta a los trabajadores del centro logístico de Lidl del polígono naronés de Río do Pozo con la dirección nacional de la corporación germana encara ya su tercera semana sin visos de finalizar. Ayer mismo, coincidiendo con su decimocuarta jornada de huelga indefinida, el colectivo celebró una nueva concentración a las puertas del supermercado de la compañía en A Gándara; la segunda en tan solo cuatro días.


Así, sobre las 11.30 horas, más de un centenar de personas, entre delegados y empleados, se movilizaron frente a la superficie comercial para dar visibilidad a una protesta que continúa enquistada y en la que ya se encuentra involucrada Inspección de Trabajo. Tal y como explicó Cristina Padín, secretaria comarcal de la Federación de Servizos del sindicato CIG, la huelga comenzó, entre otros motivos, por la negativa de la empresa a aumentar la plantilla para evitar la sobrecarga que estaban sufriendo los empleados.


Cabe señalar, como apuntó Padín, que el centro logístico de Narón no solo da servicio a las tiendas de Lidl en el área de Ferrolterra –dos en la ciudad naval y en un futuro una tercera en Fene–, sino a todas las de Galicia, a Asturias y a parte de Castilla y León, y cuenta con una plantilla de 150 trabajadores, entre asalariados fijos –la mayoría– y 
eventuales.


De esta forma, el colectivo reivindica que se cumpla lo estipulado tanto en su convenio colectivo como en el estatuto de los trabajadores –este último especialmente en lo referente al máximo de horas extraordinarias anuales permitidas, que al parecer se sobrepasaban–. Otro de los puntos en conflicto, como señaló Cristina Padín, tiene que ver con las mejoras adquiridas en 2016, heredadas del anterior convenio provincial –como que los veinte minutos de descanso para el almuerzo se contaban como tiempo de trabajo– y que ahora la empresa ha retirado.

 

 

Negociación paralizada


Según detalló la secretaria comarcal, esta serie de incumplimientos se presentó a la empresa en numerosas ocasiones –además de denunciarse ante Inspección de Trabajo durante al menos cuatro años– previas a la convocatoria de huelga sin que hubiese una voluntad por parte de esta de encontrar una solución. En este sentido, la propia compañía citó a la parte social antes de iniciar las protestas a una sesión de arbitraje en el Consello Galego de Relacións Laborais, que se saldó sin acuerdo.


Para agravar la situación, el sindicato denunció intentos de boicot a las movilizaciones por parte de la compañía, primero empleando trabajadores de otros centros logísticos en Narón para mantener su actividad y, tras ser esta práctica denunciada, trayendo a los supermercados afectados productos de otras tiendas. En ambos casos, apuntó Padín, estas prácticas se pusieron en conocimiento de Inspección de Trabajo y se encuentran a la espera de que el organismo se pronuncie.


Por último, desde la parte social se criticó que, en estos 14 días de protestas, no se hubiese recibido ninguna respuesta o acercamiento por parte de la compañía, además de reafirmar que los ánimos de los trabajadores en huelga siguen tan altos como el primer día de huelga indefinida. 

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