Realizar una gestión para la que se requiere un certificado electrónico cuando ni se tiene un ordenador, hacer entender que el Libro de Familia no existe en muchos países de los migrantes que llegan a la ciudad, poder federar a un niño para que juegue al deporte que le guste u optar a un trabajo para el que se está capacitado pero cuya titulación no está homologada son algunas cuestiones a las que día a día se enfrentan los extranjeros que llegan a la ciudad.
Disponer de un asesoramiento y de las herramientas necesarias tanto por parte de esos migrantes como de las administraciones que tratan con ellos es la labor diaria de entidades como el Patronato Concepción Arenal y otras que trabajan con estos colectivos. Ahora, a través del proyecto “Piscis” se busca esa integración social y convivencia intercultural plena.
La puesta en marcha de los mecanismos necesarios para conseguirla requiere de una inversión y de un trabajo conjunto con la administración local, por lo que el Patronato ya ha presentado al Concello este proyecto, planteando una colaboración económica que supondría al ente local 18.000 euros al año para un proyecto bienal.
La directora del Patronato Concepción Arenal, Beatriz Dorrio, dio a conocer ayer junto a representantes de países como Colombia, Cuba o Venezuela, tanto del Patronato como de la asociación ANIMU los contenidos de este proyecto, que basa su ejecución en siete líneas de trabajo: administración local multicultural, participación social, diversidad y sensibilización ciudadana, educación, cultura y deporte, formación, empleo y emprendedores, promoción de la igualdad, conciliación y corresponsabilidad en la multiculturalidad, prevención y atención integral a la violencia de género y bienestar social y salud.
Así, bajo el acrónimo “Piscis” se presenta un Proyecto de Integración Social y Convivencia Intercultural que busca políticas transversales de migración con el fin de mejorar la calidad de vida de los ciudadanos del municipio.
Las siete áreas de trabajo se desglosan en hasta 29 actuaciones previstas para alcanzar una serie de objetivos en un período de dos años, con un presupuesto de algo más de 200.000 euros, para el que piden la aportación municipal de 36.000 euros, basándose, además, en que ya ha habido una aprobación plenaria del desarrollo de políticas de integración para las personas extranjeras, aunque no se ha desarrollado ningún proyecto, de ahí la presentación de “Piscis”.
Las experiencias del día a día de los migrantes latinos son un ejemplo de las necesidades de una integración, que todavía es más acuciante en el caso de colectivos que también tienen mucha presencia en la ciudad como el musulmán del norte de África o los recién llegados ucranianos, que se topan, además, con los problemas del idioma.