La plantilla de Navantia rechaza la propuesta de convenio colectivo y de plan industrial

La plantilla de Navantia rechaza la propuesta de convenio colectivo y de plan industrial
Manifestación de la plantilla de Navantia, el pasado día 21 I Jorge Meis

Los trabajadores de Navantia han rechazado en votación la propuesta de plan industrial y de convenio colectivo de la dirección de la empresa. En los centros de la ría la negativa al convenio colectivo fue mayoritaria. En Ferrol se emitieron 1.035 votos y de ellos 761 (un 73,5%) fueron noes, frente a 247 síes (un 23,9%). En Fene, fueron 47 y 6, respectivamente. En el caso del plan industrial el resultado fue más ajustado, con 443 síes (un 43,1%) y 558 negativas (54,3%) y con 12 y 40 en las instalaciones del otro lado de la ría.


En los demás centros de Navantia, a la espera de los resultados de Cartagena, cuyo turno de noche todavía estaba pendiente de votar, se impuso también la negativa, salvo en San Fernando y en Cádiz, donde se dio el visto bueno a los dos documentos, que la empresa tenía intención de presentar en la próxima reunión de la SEPI.


El secretario del comité de empresa, Miguel Pol, señaló que este resultado es un mandato de los trabajadores para seguir negociando. “A proposta da empresa é insuficiente”. El organismo de representación se reunirá hoy para analizar los resultados de la votación y decidir qué medidas tomar para forzar un cambio. 


“No caso do plan industrial o que entenderon os planteis é que debería ser negociado e, se non, terá que ser o presidente de Navantia quen o propoña unilateralmente porque nós non o imos validar se non está negociado”, explica Pol. Respecto al convenio colectivo, “ten que dar máis de si, non son suficientes as propostas da dirección que ademais nalgún artigo incluso retrocede un pouco respecto do que hai actualmente”. A la empresa se le exigirá, “posiblemente que poña outro convenio enriba da mesa de forma inmediata”.


No está prevista, de momento, ninguna nueva reunión con la dirección, toda vez que se plantearon estos documentos como definitivos. “Temos que ver se o son. En todo caso imos pensar que si hai marxe de maniobra”, explica Miguel Pol, que apunta que se han dado plazos distintos en los encuentros, pudiendo llegar a finales de verano. “Os prazos ata o de agora marcounos a dirección e, polo que se ve, errou totalmente”.

 


Movilizaciones 


Las plantillas se movilizaron en la pasada semana en apoyo a la negociación que se llevaba a cabo en Madrid. El día 20 se realizó un paro de dos horas y el 21 se convocó una manifestación con los operarios de los astilleros de Ferrol y de Fene. A principios de mes el comité planteaba un calendario “moi quente”, coincidente con la campaña electoral. A la espera de lo que se decida en la reunión de hoy, Pol apunta a una nueva agenda de protestas “ou polo menos a unha resposta importante para darlle a volta canto antes”.


Y esto con la convocatoria electoral a la vuelta de la esquina –lo que ha influido en las prisas para llegar a un documento cerrado–, de cuyo resultado depende la continuidad o no de la actual dirección de Navantia. “Somos coñecedores de que hai unhas eleccións, de que hai que arrincar un plan e un convenio, pero non nos vale a proposta”.

 

 

Incumplimientos del plan anterior y falta de concreción 
 

El comité reprocha a Navantia incumplimientos del plan industrial anterior, que se remonta al año 2018. Exigen concreción en las inversiones para saber qué se va a hacer y con qué presupuesto se contará para ello y piden la materialización de la fábrica digital de bloques o del dique seco. Además, los sindicatos vienen reclamando desde hace meses que se convoquen las plazas previstas (están pendientes unas 300) y demandan que se definan los 1.500 puestos de trabajo anunciados por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para los próximos cinco años. Exigen saber en qué centros y áreas se crearán esas nuevas plazas. En cualquier caso, rechazan la falta de negociación con la parte social de este plan industrial, que dificulta que se pueda contar con su beneplácito. En el ámbito laboral acusan a la empresa de “enrocarse”.

 

 

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