Alfredo Niebla y Sonia Eitor tenían dos cabras en una finca ubicada en Vilabuide, lugar de A Ponte, en la parroquia ferrolana de Doniños; pero desde finales del mes de noviembre no las han vuelto a ver. A sabiendas de que la cabra tira al monte, se imaginaron que habrían desaparecido del terreno que compartían con cuatro ovejas más, queriendo quizás llegar a la casa de su antiguo dueño. Barajaron también la posibilidad de que hubiesen sido atacadas por un depredador. Descartaron, no obstante, que estuviesen en el refugio de animales de Mougá porque estaban identificadas y no recibieron notificación alguna, aseguran; sin embargo, ese fue precisamente su destino.
Lo averiguaron más de un mes después, el pasado 6 de enero, cuando el vecino que se las había vendido previamente avisó a Alfredo de su paradero, desconocido desde el 28 de noviembre. Asegura el propietario, en la denuncia que interpuso ante la Policía Nacional en Ferrol dos días después, que acudió a las instalaciones y allí "simplemente recibió como respuesta que habían sido recogidas, sin especificar el lugar de recogida, ni quién alertó para su recogida, ni las circunstancias en las que se encontraban", una información que a todas luces le pareció insuficiente.
Eso sí, le dieron la posibilidad de llevárselas de nuevo si abonaba una cantidad de dinero por la estancia de los animales en el refugio: "Nos dijeron que o pagábamos o que ya estaban puestas en adopción para buscarles un sitio donde las cuidarían mejor, de malas maneras", recuerda Sonia a este periódico, anticipando que las cabras estaban a diario en una finca donde tenían agua, comida y un lugar para refugiarse, y que su marido acudía varias veces por semana a ver cómo se encontraban. Avanza también que estudian interponer una demanda ante el Juzgado por lo ocurrido.
Por su parte, en el texto del atestado, recogido en la comisaría ferrolana el 8 de enero, se especifica que una de las cabras es negra y blanca, sin cuernos, nacida en enero de 2015, mientras que la otra, hija de la anterior, es gris y sí tiene cuernos. Ambas cuentan con un número de identificación, pero solo la primera tenía colocado el crotal con sus credenciales, especifican. En este contexto, aconsejado por la Policía, Alfredo Niebla elaboró un escrito para la Mancomunidad de municipios de Ferrolterra, organismo responsable del refugio de Mougá, que metió por registro el 23 de enero solicitando "una explicación de algún responsable" que por el momento no ha llegado, incide.
Indica en su relato que le han tratado "de maltratador sin conocerme de nada" y se queja de que no le comunicaron la recogida de los animales por parte del refugio a pesar de estar "debidamente identificados", añadiendo que "su respuesta es que no tienen obligación de hacerlo" y concluyendo que "el trato me ha parecido cuando menos muy poco profesional, viendo que lo único que les importaba era el tema recaudatorio". Destaca que su negativa a abonar las tasas que le requerían por el tiempo que las cabras llevaban allí, tiene que ver con la ausencia de notificación de aviso por parte del organismo.
Es en este punto es donde divergen por completo las versiones, puesto que desde el refugio de animales aseguran que ya el 28 de noviembre, tras recogerlas, contactaron con Niebla para darle el aviso una vez que confirmaron sus datos desde la Xunta de Galicia. Afirman además que volvieron a llamarlo en numerosas ocasiones sin que se personase en Mougá, algo que niegan en rotundo los ahora ex propietarios. Con todo, desde la Mancomunidade confirman que las cabras ya han sido dadas en adopción y están con sus nuevos dueños desde el 19 de enero, tras pasar los diez días establecidos legalmente.
Además, explican que han dado traslado del caso a la Consellería de Medio Rural a sabiendas de la tensa situación que se ha producido por la disconformidad de su anterior propietario, Alfredo Niebla, con todo el proceso. En todo caso, aclaran que uno de los animales no tenía la identificación crotal obligatoria, con lo que podría conllevarle una posible sanción, y recuerdan, asimismo, que la obligación de los propietarios es tener a sus animales controlados, entre otros motivos porque "podrían provocar un accidente mortal na estrada, por exemplo".