Durante seis años, Bárbara y Mercedes han llevado la gerencia de O Escondidiño, un local naronés que echa la verja el próximo día 24. Madre e hija, respectivamente, reconocen que están “cansadas mentalmente”, es más, explican que en el caso de la más jóven, Barbará, esto también se ha evidenciado en un drástico cambio físico. “El año pasado adelgacé 25 kilos detrás de la barra”, expone, y es que llevan un par de temporadas estivales haciendo frente al negocio en solitario.
El motivo del cierre, a pesar de que se mantenga la ilusión por sacar a flote a la empresa, es que “no hay camareras”.
“Al final es lo de siempre, hay una gran falta de personal”, explica la gerente del bar. A pesar de que en todos los años que llevan trabajando este local han tenido “bastantes chicas trabajando con nosotras”, la situación ahora parece no encontrar solución.
“Parece que la hostelería se contempla como algo transitorio”, explica, poniendo el ejemplo de su última empleada, a la que contrataron en una gran superficie comercial. “Yo soy una persona, nada más. Hablé con ella y le dije que hacía bien, obviamente no puedo obligar a nadie a trabajar para mí cuando tiene otra opción que le beneficie más”. Sin embargo, esto ha pasado una clara factura y ahora quedan escasos días para que el local cierre.
Expone, asimismo, que a pesar de publicar esta vacante en diversas ocasiones, su gran mayoría en verano, “recibíamos dos o tres currículums como mucho”.
Asumen que al final acaban “tirando de contactos, de oídas y de familiares”. También optaron por ser el primer empleo de algunos, pero tampoco esto sirvió para permitir una estancia permanente.
Con relación a sus clientes, lo único que tienen que decir son cosas buenas. “Aquí hay una familia, gente con la que estás día a día y con la que has pasado grandes momentos”, aseguran.
En este sentido, ponen en valor la fidelidad –además del cariño mostrado a través de las redes sociales una vez se anunció la despedida, durante la pasada jornada de jueves– “y los buenos momentos pasados”, cosa que provoca que esta marcha, aunque no deseada, “tenga el mejor sabor de boca posible”.
Agradecen, asimismo, tomar parte en una etapa que, aseguran, “no olvidaremos nunca” y como compensación, prometen una jornada de despedida en la que se haga justicia a aquellos que optaron por hacer del O Escondidiño una de sus paradas recurrentes.
Aún con un programa por desvelar, estas empresarias avanzan que el viernes 22 el local se vestirá de gala por última vez. Entre otras sorpresas, que en los próximos días se darán a conocer, habrá música en directo, banda sonora para un tributo “a todos los que nos han acompañado”.