Cambados distingue la trayectoria del catedrático ferrolano Xosé María Dobarro, un “devoto de Don Ramón”

Cambados distingue la trayectoria del catedrático ferrolano Xosé María Dobarro, un “devoto de Don Ramón”
El catedrático Xosé María Dobarro recibió el XVIII Premio Ramón Cabanillas de Cambados | gonzalo salgado

Cambados entregó el pasado viernes su XVIII Premio Ramón Cabanillas al catedrático de Lingua e Literatura Xosé María Dobarro, un “devoto” del literato universal, como él mismo se define. De hecho, recibió con “moita ilusión” este reconocimiento al impulso y trabajo investigador realizado en torno a su obra, y “sen falsas modestias” porque “penso que fixen cousas moi interesantes sobre Don Ramón”, declaró.


El acto contó con la intervención central de un “vello e querido” amigo del ferrolano, el académico Francisco Fernández Rei, y la presencia del concejal de Cultura, Tino Cordal, y los libreros de la Ramón Cabanillas y Contos, que coorganizan este premio. No faltó el recital de poemas con Teatro no Garaxe y la cantante Rosa Leiro y Juan Carlos Cambas al piano.


Dobarro recogió el busto creado por el escultor cambadés Francisco Bahamonde con sincero agradecimiento. En su extensa producción hay numerosas referencias al “poeta da raza” y, de hecho, a él le dedicó su primera publicación, en 1976, coincidiendo con el homenaje por el Día das Letras Galegas y por impulso de otro gran literato, Ricardo Carvalho Calero, que quiso hacer un tomo más voluminoso que el habitual librillo de recordatorio que le dedicaba la Universidade de Santiago y contó con él y otros profesores.


“Na noite estrelecida”

Pero antes de todo esto, “Antífona da cantiga”, que fue de lo primero que leyó de Cabanillas, “marcoume moito” y leyó unas líneas. No obstante, fue con “Na noite estrelecida” cuando empezó todo: “Deixoume entusiasmado e levoume a interesarme máis pola súa obra”. El lenguaje empleado por el poeta, “moi galeguista”, y enfocado en un futuro de Galicia como nación, “impactoume moito e me animou a seguir indagando”. Aunque su etapa cubana también le fascinaba pues temporalmente casi coincidió con la emigración de sus abuelos y en su obra encontraba vínculos con las historias que le contaban, porque cuando era un niño, cuenta, para él, “Cuba era case como a parroquia do lado”.


Ese fue un día importante para la conmemoración de la figura del bardo cambadés con la entrega de este premio y también porque el concejal Tino Cordal y una de sus nietas, Pitusa, en nombre de la familia, firmaron una actualización del convenio para la cesión de su legado al Concello, el cual se ha digitalizado e inventariado de la mano de Fernández Rei y el técnico José Vaamonde, dando continuidad al trabajo iniciado por Luis Rei, fallecido prematuramente –todos se acordaron de él–. Hace unos años se firmó un acuerdo, pero se siguió investigando y hallando nuevo material así que era necesario renovar este acuerdo mediante el cual el legado se conserva y ofrece para consulta de expertos e investigadores en la Casa Natal.


Primeras ediciones, cartas, documentos personales, etc. Completan este “tesouro” y cosas curiosas como una carta enviada por el rey Alfonso XIII a Menéndez Pelayo y que no saben cómo pudo acabar entre las cosas del cambadés.

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