Rebeca Teijeiro Álvarez pudo comenzar sus merecidas vacaciones con los deberes no sólo hechos, sino de matrícula. Y es que esta triatleta del Náutico de Narón, además de cerrar una gran campaña en la que pudo debutar con el primer equipo de la entidad, fue una de las destacadas alumnas que, fruto de su trabajo, recibió el premio al contar con uno de los mejores expedientes de Galicia. 

Un acto celebrado en Vigo y en el que esta alumna del Tirso de Molina, recogió los frutos de lo que durante varios años había cosechado. “Sentí que había conseguido los objetivos que me había puesto desde hacía mucho tiempo”, relata Teijeiro camino de Florencia, en donde estudiaba su hermana Carlota, y “ha sido como una liberación”. 

Un diploma que representa la ambición que esta joven ferrolana tiene tanto en las aulas como en el deporte y que le permitirá poner como broche a esta etapa iniciar sus estudios en el Doble Grado de Matemáticas e Ingeniería Informática en Santiago. “Llevo bastantes años queriendo hacerlo y es lo que me gusta desde siempre”, apunta Teijeiro tras cruzar una meta que si bien “no de manera consciente, con los objetivos que tenía de resultados era lo que esperaba, estar ahí”, señala, entre las mejores de Galicia.

Club, amigos y familia

El mismo empuje que ha llevado a Rebeca a inscribir su nombre como uno de los expedientes más destacados de la comunidad, ha sido motor de su constancia en la práctica del triatlón, primero en las filas del Triatlón Ferrol, y desde hace varias campañas en las filas del Náutico de Narón, con el técnico internacional Amando Guerrero como preparador y gran apoyo. 

“Le tengo que agradecer mucho, sobre todo por este año y el anterior, que me entendió en el tema de los estudios, siempre estuvo atento y no me metió presión”, cuenta Teijeiro, haciendo extensivo este agradecimiento al apoyo recibido por familia y amigos. 

Y precisamente por “culpa” de su familia, concretamente de su padre Javier, Rebeca ha podido apoyarse y refugiarse desde los seis años en esta disciplina. “Él ya lo practicaba y luego mi hermana mayor, Carlota, empezó también a entrenar y a competir. A mí me encantó”, compartiendo incluso sesiones familiares de entrenamiento, señala la ferrolana. Y hasta hoy, más de una década después. 

Una disciplina que le ha servido a esta destacada estudiante para “relajar la cabeza, para desconectar. No me imagino la vida sin entrenar. Me lo pide el cuerpo y la cabeza”, añade la deportista del Náutico de Narón. Una sólida red que la ha recogido en un complicado año académico y que “fue más difícil. Hasta éste lo llevaba perfectamente, no necesitaba perder nada y este año fue un poco más cuesta arriba”, cuenta, y que ha solventado con la mejor de las notas posibles.

Continuar

Teijeiro sabe lo que es subirse al virtual podio académico y también deportivo, ya que la del Náutico de Narón cuenta en su vitrina con el bronce Talento de la Copa de la Reina del pasado año, además de su citado debut con el primer equipo este año. “Me encantaría volver a estar en el primer equipo, pero por ahora es complicado porque hay muchas chicas y tienen mucho nivel. Pero estaría muy bien”, cuenta. 

Rebeca se muda a Santiago y con ellas sus ganas de seguir en esta disciplina. “Quiero seguir entrenando, aunque sea por libre y competir lo máximo que pueda”, sentencia una Teijeiro que sigue trabajando, si bien “ahora más relajada” y sin grandes manías ni rituales previos en competición. Sólo uno, y con los conocidos bolis BIC. “Tengo que usar el mismo siempre, para cada parcial, para la EBAU, en todos los exámenes”, señala entre risas. Una superstición que, en este caso, ha dado el resultado más que deseado.