Casi cinco meses han pasado desde que el grupo de Cristóbal Parralo jugase su duelo de regreso a Segunda División en A Malata tras quince años separado de la categoría de plata nacional. Un choque que, además, supuso la primera victoria en casa tras este excesivo parón y que, precisamente, se produjo ante el que será su rival de este fin de semana, el Sporting de Gijón.
Un grupo asturiano que, además, cinco duelos después, regresaba tras la vigésimo tercera jornada a puestos de ascenso directo gracias tanto a su triunfo contra el Tenerife como al tropiezo del Racing ante el eterno rival, el Real Oviedo. Y es que a los de El Molinón la derrota racinguista los llevó, precisamente, a la segunda plaza en la que los ferrolanos estaban instalados y en la que cerraron un 2023 para enmarcar. Y si bien el 2024 no comenzó como a la entidad y afición le hubiese gustado –traspié en Copa ante el Sevilla y en liga contra los carbayones–, el grupo de Parralo quiere volver a tirar de esas primeras sensaciones ligueras, con las que dio la primera de muchas alegrías a su afición en A Malata ganando al Sporting.
No estará en casa, pero lo que es seguro es que el campo gijonés contará con un importante color verde a pesar del poco apetecible horario de la jornada –21.00 horas del domingo–, en lo que se espera sea un gran ambiente en El Molinón. “El partido contra el Racing de Ferrol es un partidazo” señalaba el técnico Miguel Ángel Ramírez pocos después de ganar en Tenerife, “y después de la victoria habrá un Molinón lleno hasta la bandera y un recibimiento como el de estas jornadas, nos ayudarán a ganar”. Un triunfo que intentará evitar un cuadro ferrolano asimismo empujado por el oasis verde que se hará sentir, sin duda, en el campo asturiano en la noche de este domingo.