Tras “batallar un poco con la vida”, las jóvenes educadoras infantiles Natalia Pardo y Ana Pena se decidieron a iniciar un nuevo proyecto de futuro en el rural a través de la creación en Monfero de la que será la quinta casa nido de la comarca –ya cuentan con este servicio los municipios de Moeche, A Capela, Cerdido y As Somozas–.
 

“Nosotras nos conocemos desde los 14 años. Estudiamos en el instituto juntas, somos amigas, compañeras de piso, de vida... hablábamos mucho de la pedagogía que nos gustaba o el tipo de educación en el que creíamos y queríamos promover. Un día nos juntamos y decidimos dejar nuestros trabajos y ponernos a buscar qué podíamos hacer. En esa investigación surgió el tema de la casa nido”, comentan. 
 

La idea de crear este espacio educativo se adecua perfectamente a lo que ambas buscaban y al estilo de pedagogía que quieren desarrollar. “Siempre nos gustó más el rural que la ciudad. Queríamos una escuela que tuviese un formato de casita, de hogar, un espacio cálido y confortable que distase un poco de una simple aula con sillas”, explican.
 

Pardo y Pena sostienen que las familias de los menores a los que cuiden –hasta un máximo de cinco, tal y como establece la Xunta– supondrán una parte fundamental en el día a día de la casa nido. “Nos comentarán cómo están los peques a la llegada, cómo se sienten ese día, con el objetivo de que sea una prolongación del hogar”.
 

A la hora de elegir la ubicación de la casa las educadoras le dieron mucha importancia al exterior y al entorno. Contarán con un  jardín en el que tienen pensado plantar un pequeño huerto. “Nos gusta mucho salir. Somos de las que piensan que no existe el mal tiempo, sino la ropa inadecuada. Nos gusta estar en contacto con la naturaleza. Es un punto muy importante para nosotras”.  Aseguran que en otras escuelas en las que han estado no se le daba tanta relevancia a este aspecto. “Veíamos que era un punto que muchas veces faltaba y que, si  llueve un poquito y hay que ponerse un peto de aguas, nos lo ponemos y salimos un rato”.

Buena acogida

Estas jóvenes emprendedoras afirman sentirse “muy arropadas” por los vecinos de Monfero. “Cuando se enteraron de que dos chicas jóvenes querían montar una casa nido, no lo dudaron. Nos ayudaron a encontrar el espacio que se adaptase a lo que buscábamos. Queremos dar las gracias a todo el pueblo por haberse volcado de esa manera”, comentan.
 

Pardo y Pena se encuentran ahora mismo inmersas en los últimos retoques para acondicionar el inmueble, cuyas obras prevén finalizar a finales de este mes. “Ya estamos en la recta final, centradas en lo que es el mobiliario y el material educativo de juego y de movimiento con el que contaremos”.
 

Recientemente han mantenido una reunión con las familias de la zona para informarles del proyecto y del plazo de matriculación, que finaliza el 30 de septiembre. La casa nido dará servicio a un máximo de cinco menores, por lo que, de haber más solicitudes, se procederá a una baremación por puntos, también estipulada desde la Consellería de Política Social.