El éxodo rural ya es una realidad para la hostelería en Ferrolterra

Las parroquias más pequeñas sufren la pérdida de todo tipo de negocios, como es el caso de O Alto de Xestoso, en Monfero
El éxodo rural ya es una realidad para la hostelería en Ferrolterra
Último bar de O Alto de Xestoso, Monfero | CEDIDA

Los bares funcionan como un elemento clave en la vida social de los barrios, pueblos y aldeas, pero ¿qué pasa cuando estos no están? Esta cuestión, que a muchos les puede parecer inverosímil, ya es una realidad en varias parroquias de la zona, como es el caso de Xestoso, en Monfero. 


Así lo denuncia el párroco de la zona, Luis Ángel Rodríguez, quien defiende que estos puntos de encuentro tienen una gran relevancia cuando se ponen sobre la mesa cuestiones tan contidianas como la comunicación o la celebración de eventos. “Son un lugar onde se comparten noticias e se transmite información importante para a comunidade, e tamén onde suceden festas, aniversarios, vodas e outros acontecementos”.


En este sentido, remarca la “necesidade de apoio” por parte de las administraciones, bien sea en formato económico, mediante políticas o con apoyo a la promoción, asegurando que los dueños tienen que poder “manter  os seus negocios abertos e seguir cumprindo o seu papel como centros sociais e de reunión”.
Yolanda Picallo está al frente del bar de la cooperativa, único en O Alto de Xestoso, y que lleva 15 años en funcionamiento. La hostelera recuerda sus inicios, cuando en la zona había varios locales más y también un mayor movimiento. 

 

Yolanda Picallo Val de Xestoso
Yolanda Picallo y su familia, al frente del local I CEDIDA


En la actualidad, reconoce que las cosas están “difíciles”, ya que “queda poca gente y es casi toda muy mayor”.


Ella ha optado por la diversificación dentro de su negocio, y además de un pequeño supermercado también regenta un cátering, “lo que nos permite defendernos, ya que podemos hacer comidas para las casas, por ejemplo”, pero, a pesar de todo, asegura que la situación actual “desanima mucho, porque cuando empezamos en esto había más gente, había juventud”. Sin embargo, reconoce que en los días de fiestas se aprecian “repuntes”, pero la inexistencia del relevo generacional en las comisiones, por ejemplo, hace que esta parroquia no celebre sus patronales desde el pasado 2019.


Ha sido testigo de cómo muchos se han marchado a las ciudades, lo que supone un envejecimiento de la población que se queda.


Ella es ejemplo de muchos otros, aquellos que apuestan por mantener el rural vivo y seguir cumpliendo un cometido social en favor de la vecindad. 

El éxodo rural ya es una realidad para la hostelería en Ferrolterra

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