Sabiendo que no se puede generalizar, la proximidad del verano empieza a poner nerviosos a los vecinos de la zona rural de Ferrol y a los usuarios particulares de las playas  con la llegada de las autocaravanas. Cada año se suceden quejas de que estacionan en zonas no autorizadas, despliegan sus parapetos o pernoctan más de lo debido en los párkings. Por su parte los propietarios de caravanas o furgonetas apelan a su derecho a desplazarse si ese es su vehículo y hablan incluso de “discriminación”. Cierto es que, en ocasiones, pagan justos por pecadores.