¿Quién dijo que la política no podía ser dulce?

¿Quién dijo que la política no podía ser dulce?

Uno puede tomarse un café y no parar de escuchar a la mesa de al lado echar pestes sobre los políticos. Y claro, uno se cree que todo lo que rodea a nuestros regidores es amargo. Pero alguien en A Coruña ha decidido darle una vuelta al asunto y crear una versión del palacio de María Pita más colorida y, sobre todo, mucho más dulce. Más de medio metro de altura repleta de azúcar.

¿Quién dijo que la política no podía ser dulce?

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