Hay una empresa dedicada a la extracción y procesamiento de asfalto en Galicia que se ha encontrado de rebote con un mineral de esos que ahora se llaman tierras raras y antes refugallos. La explotación de áridos ha logrado sintetizar unos miles de kilos, que al final, tras el proceso de limpieza, se queda en unos cientos, de un material que es objeto de deseo de las autoridades chinas. La cantidad es insignificante para que el gobierno pequinés se interese por el hallazgo, dado que son los únicos que se dedican a ello. Los fondos de la UE van a propiciar que se instale una planta de tratamiento, aunque va a ser difícil para tan pocos sacos. Ahora solo falta que un eucaliptero encuentre una tierra rara después de vender la cosecha a la pastera pontevedresa y todo el territorio gallego cambie su paisaje arbóreo por otro más parecido a una foto de un rover marciano y los propietarios de montes abandonen la bertolina por el coche de alto gama y gran propulsión mecánica.