Solo dos barrios urbanos de Ferrol tienen el privilegio de mirar al mar cara a cara. Ferrol Vello, el más antiguo, y Caranza, el último que se construyó al completo. El resto, deben levantar la vista por encima de las murallas del Arsenal y el astillero para atisbar el azul.
Fue en julio de 2001 cuando la ciudad naval inauguró sus dos grandes paseos marítimos: Caranza y A Malata, infraestructuras que son ahora imprescindibles para caminar, hacer deporte o estar con las mascotas. De ahí que las sendas y los carriles para bicicletas se hayan ido estirando en otras zonas.
En la exposición “Ferrolterra, onde dá a volta o mar” que finaliza este lunes en la plaza de Armas, el ambicioso “reto de abrir Ferrol ao mar” ocupa un lugar destacado al suponer un proyecto muy demandado por la sociedad y del que los diversos gobiernos locales llevan décadas hablando.
Fue el 29 de diciembre de 2023 cuando el presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, y el alcalde de Ferrol, José Manuel Rey Varela, firmaron un convenio para poner en marcha las obras que se enmarcan dentro del proyecto, sufragadas al 50% por el gobierno gallego.
La actuación se presentaba como la continuidad de la que se ejecutó ya por parte de la Autoridad Portuaria Ferrol-San Cibrao en el entorno de Curuxeiras, donde se humanizó la entrada al puerto desde el Acceso Norte, incorporando además aparcamientos disuasorios y carril bici.
También el Ministerio de Defensa y la Armada toman parte, puesto que el tramo de muralla del Arsenal que va desde la Puerta del Parque a la del Dique se rebajará para incorporar una verja que haga más permeable el muro del recinto.
En paralelo, el peatón y el ciclista cobrarán protagonismo con sendas renovadas, llegando a conectar un gran paseo desde A Cabana hasta O Montón. Asimismo, se contempla la habilitación de una segunda playa en Caranza y otro estacionamiento disuasorio en su entorno.