Cuando alguien puso el grito en el cielo por que la Sirenita, ese personaje irreal cuya historia Disney tuvo a bien dulcificar para que los niños no acabasen traumatizados, iba a estar encarnada en una película por una actriz negra a la mayoría la protesta le pareció una ridiculez. Si puede tener medio cuerpo de sardina puede ser del color que le dé la gana. Poco le va a afectar al cuento. Pero convertir a Ana Bolena en una preciosa mujer de ébano que lucha contra la sociedad patriarcal de la Inglaterra Tudor es otro cantar. Lo de ser flexible con el rigor histórico igual se les ha ido de las manos. FOTO: Natalie Portman también fue Ana Bolena | efe