Dominio sin recompensa del Somozas

El Polvorín se llevó, con remontada incluida, los tres puntos del campo del líder, un Somozas que dominó en la primera hora de juego, que se adelantó en el marcador pero que vio cómo el filial daba la vuelta al marcador en solo cinco minutos. Rojo sentenció en el 92.

Somozas y Polvorín son dos equipos claramente diferentes a los de la temporada pasada. El de Marco Roca, el pasado curso entrenado por Jairo Bello y David Pérez, es mucho más dominador, tiene el convencimiento de que para imponerse necesita controlar los partidos a través del balón. El de Álex Ortiz ya no es el filial (casi) suicida en la presión y romántico con la pelota que tanto sorprendió y enamoró; es un equipo con menos talento individual pero maduro en lo colectivo, con paciencia para permitir que el rival tenga e incluso gane la posesión. Así lo demostraron en el partido disputado ayer en el Manuel Candocia. Los locales se sintieron cómodos con el balón durante más de una hora de partido, tomaron ventaja con el gol de Marcos Álvarez (suplente) en el 60, tuvieron el 2-0 con un trallazo de Pablo Rey desde la frontal, pero el filial del Lugo dio la vuelta al marcador en cinco minutos y acabó llevándose los tres puntos.

El Somozas tuvo dos claras en la primera mitad. En el 28, una de Santi tras pase de Pablo Rey, pero Brais hizo un paradón para evitar el 1-0. En el 34, Asier remató en el área pequeña un córner de Pablo por encima del larguero. El Polvorín tuvo otras dos: un cabezazo de Fidalgo a centro de Torrado y un tiro cruzado de Álex Ramos tras una cabalgada por la derecha.

La primera de peligro en el segundo tiempo significó el 1-0. Santi peinó y Cañi corrió a la espalda de Nico. Sacó un tiro con la zurda que repelió Brais. Marcos Álvarez, que acababa de entrar, cazó el rechace y marcó casi a placer. El Somozas ponía el broche a un partido casi perfecto pero el Polvorín dio la vuelta en cinco minutos.

Primero fue Fidalgo tras un centro lateral de Torrado y después Castrín el que culminó un córner ejecutado por Álex Ramos. El propio Ramos dejó solo a Rojo ante Aitor, pero falló en el mano a mano. En cambio, sentenciaría de penalti –muy claro de Bruno a Fidalgo–.