Calviño busca ‘nuevas métricas’

Es un clásico que los socialistas cuando no quieren reconocer la realidad la cambian. Pasó con Zapatero y sus ministros de Economía en la anterior crisis económica. Tanto el presidente como Solbes o Salgado para no reconocer que había una recesión se inventaron nuevos términos que evitaran la palabra crisis. Ahora, Calviño quiere hacer lo mismo en este caso con el PIB. Hace apenas un año, la vicepresidenta económica aseguró que el crecimiento de la economía española iba a ser este año del 9,8%. Meses después rectificó y rebajó ese crecimiento al 6,5%, tasa que mantiene hasta hoy. Sin embargo, en este momento no hay servicio de estudios privado ni público que apueste porque el PIB se eleve hasta esa tasa que prevé Calviño.

Precisamente, en las primeras comparecencias en el Congreso sobre los Presupuestos Generales del Estado para 2022, tanto el Banco de España como la Airef han puesto en solfa esas previsiones y han dejado claro que las cuentas presentadas no son reales. Unos días antes, lo hacían los servicios de estudios del BBVA, Caixabank, también el FMI y el Colegio General de Economistas de España. Es ya tan aplastante la mayoría de expertos que no se creen las cifras de la vicepresidenta que clama al cielo que ésta continúe en el error.

¿Está dispuesta Calviño a modificar a la baja sus expectativas de aumento del PIB? No parece. Muy al contrario, de lo que habla es de cambiarlo. Asegura que “es un indicador útil, pero insuficiente. Tiene límites y deficiencias”. Es decir, no me gusta el resultado, pues cambio la forma de llegar al que sí me gusta. “Hay que revisar y ampliar las métricas”. Ayer, con mucha gracia, decía mi compañero Juan Pablo Polvorinos en “EsRadio” que lo que quiere hacer Calviño es como si un equipo de futbol no mete goles y pretende que cambien las reglas sobre las medidas de la portería.

Me sigue pareciendo increíble que Calviño que pasaba y pasa por ser la sensata del gobierno en materia económica, la que goza de una relación excepcional con las autoridades de Bruselas, de donde vino, siga empeñada en echar por el sumidero su currículo. Las previsiones son eso previsiones y puedes haberte equivocado si han cambiado las circunstancias. ¿Cuál es el problema para rectificar? ¿Engañar al personal? ¿Por cuánto tiempo? Al final las cifras dirán lo que tengan que decir y tendrá que rectificar y reconocer que engañó a todos a sabiendas. Lo hará tarde y mal, echando por tierra la credibilidad que en algún momento tuvo.

Calviño busca ‘nuevas métricas’

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