Salir de Madrid, al menos un poco

Si se contempla todo como una ofensiva del PSOE para restar poder a un Madrid que políticamente se le escapa de las manos, entiendo que haya una oposición generalizada entre los rectores municipales y autonómicos a que sedes de instituciones salgan de la Comunidad para ubicarse en otros sitios. De ser, en efecto, una maniobra más del ‘sanchismo’ contra el ‘ayusismo’, significaría una torpeza enorme que oscurece una idea plausible: hay que descentralizar Madrid, repartiendo un cierto poder administrativo, político y, claro, económico a otras Comunidades, a ciudades diferentes a la capital. Seguir en especial, al menos algo, el ejemplo alemán con Bonn nos sería muy útil.

España es un país plural, diverso, con enormes diferencias en muchos sentidos. Un país aglomerado en algunas partes de la costa y vacío en determinadas zonas del interior. Con servicios completos, espléndidos, a la ciudadanía en una parte del territorio y con desesperantes atrasos en otros. No es, en suma, una nación homogénea y creo preocupante el afán de muchos por vivir concentrados en determinados lugares, abominando de otros.

Madrid no es sino el capricho geográfico de un Rey --Felipe II--, un poblachón manchego que, gracias a la capitalidad, fue creciendo hasta adquirir magnitudes ya casi inaprehensibles. Me parece que va siendo hora de actuar con la celeridad política y administrativa con la que no se actuó al proyectarse, por ejemplo, el traslado del Senado a Barcelona. Y va siendo también el momento de abandonar prejuicios funcionariales que no desean modificar su lugar de vivienda, cosa que, por cierto, es bastante habitual en la empresa privada. El mismo concepto de cambio sufre con tales resistencias.

Este tema, como todo, exige un consenso, un pacto nacional. Hay que decir una vez más que esta falta de acuerdo entre las fuerzas políticas, que, por ejemplo, ha llevado a las ridículas y muy perjudiciales ‘batallas’ político-sanitarias en Madrid, es lo que envilece la situación política española. Pidamos un pacto nacional por la descentralización. Y sí, que también algunos, o bastantes, asuman que algo habrán hecho la capital y su Comunidad para merecer que todos quieran permanecer ahí, pese a todo.

Salir de Madrid, al menos un poco

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