MEL salió del Deportivo como le gusta a Tino que salgan los entrenadores, antes de que acabe su contrato. En su testamento dejó escrito que al equipo le hacía falta un portero; ¡qué corto se quedó!, al equipo le hacen falta un montón de jugadores y también un técnico al que no le den ataques de entrenador, porque en Getafe entre unos y otro consiguieron que de nuevo la afición sintiese vergüenza por lo que había ocurrido sobre el terreno de juego. Rubén, al que precisamente Mel no veía capacitado para defender con garantías la meta, llegó a enfrentarse con un grupo de seguidores, a quienes gritó: “Podéis decir que soy muy malo, pero no que no le echo cojones”. Tiene razón, pues la falta de calidad hay que suplirla con entrega, pero ni eso hacen los jugadores del Deportivo. FOTO: mosquera, manos arriba, como si se rindiese | aec