Pablo Iglesias aprovechó su última presencia en la sesión de control al Gobierno para anunciar una denuncia contra el PP. Según el todavía vicepresidente segundo, los populares se dedicaron a comprar tránsfugas y eso, por supuesto, está penado. Se refería el macho alfa podemita a la moción frustrada en la comunidad de Murcia, donde varios consejeros de Ciudadanos decidieron seguir fieles al Gobierno del que formaban parte y votaron en sentido contrario al de la dirección de su partido. Sin embargo, en el Ayuntamiento de Murcia no ha habido sorpresas y la ciudad tiene desde ayer un alcalde socialista con el apoyo de Podemos y de Ciudadanos. Hasta hace poco, esos concejales de Ciudadanos formaban parte también del Gobierno local, pero han decidido que ya no. Es de suponer que, en este caso, no habrá denuncias por compra de voluntades, se trata de una especie de milagro en el que los ediles, como si fueran otro Pablo, en este caso, el santo, vieron la luz.