Cataluña ¿Quo Vadis?

A poco más de 24 horas del arranque de la legislatura catalana, de nuevo controlada por el independentismo, todo indica que vamos a ir de mal a peor. El precedente inmediato es la foto del 70 aniversario de la Seat de Martorell, con el rey y el presidente del Gobierno en el centro por incomparecencia de la Generalitat. Se ve que los gobernantes nacionalistas no priorizan la recuperación económica del territorio reclamada unos días antes por el empresariado catalán.


Entonces, ¿qué es lo que priorizan?


La respuesta vive en las reiteradas declaraciones de los dirigentes de ERC, JxCat y CUP, que son los tres componentes de la ecuación (74 diputados, muy por encima de la mayoría absoluta) que, si no cambian las cosas de aquí al viernes, se va a constituir como un frente de resistencia y confrontación contra el Estado “represor”. La pista del futuro Govern la dará la elección de la mesa del Parlament, que ese día se formará con una mayoría de cinco independentistas y dos constitucionalistas. Una mayoría afectada por el germen de la división interna. De hecho, el núcleo duro de ese frente (ERC-JxCat) se rompió hace poco más de un año porque, en palabras del entonces presidente de la Generalitat, Torra, “el Govern no puede funcionar sin unidad”, por “deslealtad” del socio (se refería a ERC) y por “falta de cohesión estratégica”.


Sobre esos escombros se quiere reconstruir la alianza, con la inesperada incorporación de la CUP, que es un heterogéneo grupo experto en derribos y demoliciones. Y a esta hora todavía no es descartable que los llamados “anticapitalistas” acaben ocupando la presidencia del Parlament. Así que ya me dirán ustedes qué es lo que puede salir mal en la fórmula de independentismo “nítido” asumida por ERC en su temeraria renuncia a la transversalidad y el ensanchamiento de la base favorable a un nuevo proceso de autodeterminación pactado y sin prisas. Si las cosas no cambian de aquí al día 26, la inestabilidad y el desgobierno están garantizados en Cataluña.


Es difícil encontrar la parte positiva del escenario. Pero sostengo que la nueva apuesta por la confrontación y el “lo volveremos a hacer”, refuerza la posición de Salvador Illa, como líder de la oposición dispuesto a plantar cara y a viralizarse como alternativa. De momento, insiste en presentarse a la investidura. Aunque tenga cerradas las puertas de la Generalitat puede liderar el “reencuentro” y la política de las cosas reales en esta castigada parte del territorio español. 

Cataluña ¿Quo Vadis?

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