Se ve que Vox es más de aullidos que de composiciones melódicas. Cada vez que le da por meter la mano en la discoteca, la monta. Primero tuvo lío con Juanes por hacer una versión libre de “A Vox le pido”; después el follón fue con Coque Malla, a quien le chuleó el tema “No puedo vivir sin ti”, y ahora se ha armado con la Legión; ¡ojito!, porque meterse con el Tercio no es ninguna broma. Resulta que en los mítines voxiferantes suena “El novio de la muerte” y la Fundación Tercio de Extranjeros ya le ha dado un toque a Santiago Abascal recordándole las palabras de Millán Astray: “La política la dejamos a la puerta de los cuarteles”. ¡Cuánta razón tenía el belicoso coruñés! Solo falta que don Pelayo se levante de la tumba y diga que de cantar “Asturias patria querida”, nada de nada; ni siquiera en las exaltaciones etílicas.