La necesidad de un entrenador que tenga carácter

QUÉ tiempos aquellos en los que había entrenadores como Max Merkel, a quien apodaban Míster Látigo, o Heriberto Herrera, conocido como El sargento de hierro. Lógicamente ni a uno ni a otro lo alcumaban así por que se pasasen el día tirándole del moflete a sus jugadores. Había también técnicos que de puertas afuera eran santos varones, retranqueiros, pero en el vestuario hacían volar las taquillas y ouveaban como lobos a la mínima contrariedad. Ahora ya quedan pocos de esos, pero alguno hay. Lo raro es que el Deportivo aún no haya dado con uno, porque desde que Tino asumió la presidencia otra cosa, pero entrenadores ya han pasado un feixe deles por el banquillo y en todos los casos ocurrió lo mismo: en cuanto el vestuario quiso, los devoró y acabaron en la calle. Tal como está la situación, si Clarence Seedorf no es un especie de capataz de una plantación, no habrá nada que hacer y menos si continúa el compadreo de algún directivo con ciertos jugadores. A ver si Tino acierta de una vez, porque lo suyo con los técnicos va camino de figurar en el Libro Guinness de los Récords. FOTO: tino fernández, en la sala de prensa de riazor | aec

La necesidad de un entrenador que tenga carácter

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