SEGURO que Arnaldo Otegi algún medicamento mezcló con alcohol sin ser consciente de la peligrosidad de ese cóctel. Solo así se pueden justificar esas declaraciones en las que el líder de Bildu asegura que la paliza a dos guardias civiles y sus parejas en Alsasua se enmarca en “una estrategia del Estado para sabotear la paz”. Hasta ahora hemos tenido que soportar muchas sandeces de este condenado por terrorismo, como por ejemplo que los asesinos son las víctimas o que en el País Vasco existe libertad, pero esta última demuestra claramente que su desconexión de la realidad es preocupante. Y lo peor es que existe un nutrido grupo de personas que se creen estas majaderías. Y, por supuesto, tras la declaración se solidarizó con los agresores detenidos. No podía ser de otra manera.