LUZ POZO GARZA

En la tarde de hoy estará en Ferrol Luz Pozo Garza, la gran poeta de Galicia nacida en Ribadeo. Viene para presidir el acto de presentación de su libro Sol de medianoche, recientemente publicado por la editorial “Eurisaces”, de Orense.
Al hablar de Luz Pozo Garza, es casi imposible no recordar, resaltándolo, que en la provincia de Lugo también nacieron, a lo largo del pasado siglo, otros grandes e ilustres poetas: Luis Pimentel, Álvaro Cunqueiro, Aquilino Iglesia Alvariño, Xosé María Díaz Castro, Uxío Novoneyra, Manuel María, Xulio López Valcárcel... Pues bien, el nombre de Luz Pozo Garza, por muy claros y evidentes méritos propios, está situado entre los que acabo de decir y a la altura de los más sobresalientes.
Digamos, por tanto, que Luz Pozo es –y lo será ya para siempre– una muy relevante personalidad dentro del orbe lírico galaico, y aun dentro del nacional. Es una mujer, además de muy culta e inteligente, enormemente sensitiva (“Intelijencia sensitiva”, que diría, con jota, Juan Ramón Jiménez)... Y es, al mismo tiempo, Luz Pozo Garza, sabia y experta en técnicas o procedimientos expresivos.
Ella supo adquirir con éxito, para enriquecimiento de su obra, por una parte, lo mejor de los autores clásicos, sin dejar de hacer por ello, en sus años juveniles, una parada en el romanticismo (Heine, Rosalía, Bécquer...), así como, por otra parte, igualmente supo asimilar lo mejor de las duraderas vanguardias surgidas en Europa a partir de la Guerra de 1914-1918, y que, hacia los años veinte, causaron verdadero furor entre los jóvenes poetas españoles e iberoamericanos.
De ahí el que, por ejemplo, en sus primeros y hermosísimos poemarios (Ánfora, O paxaro na boca, El vagabundo...), aunque en su contenido, y mayormente en lo formal, nos encontremos con voces y ecos de esas atractivas tendencias estéticas (las vanguardias: los ismos), lo cierto es que Luz Pozo se supo mantener firme y fuerte ante su casi invencible influjo, para ser así cada vez más ella misma, y para continuar agrandando su auténtica personalidad de poeta diferenciada. Y de ahí también el que, en cronología paralela, con esas sus primeras publicaciones, haya contribuido a introducir los ismos (superrealismo, creacionismo, ultraísmo ...) todavía más, si cabe (puesto que, antes, como el lector no ignora, ya lo habían hecho Amado Carballo, Manuel Antonio...; sobre todo, este último), en la poesía gallega de mediados del siglo XX.
Después, con el paso del tiempo, en su obra posterior y sucesiva (Concerto de outono, Códice Calixtino, Prometo a flor de loto...), se fueron produciendo, siempre para mejor, cambios progresivos y que eran naturales. Entre otros, verbigracia, el que afectó a lo que había de poético candor y pasión iniciales, que fue siendo sustituido por una temática más discursiva, más abierta y mucho más poderosa y trascendente; hasta social en ocasiones; aunque nunca, en ninguno de los casos, menos lírica.
La gravedad y hondura de los nuevos poemas fue naciendo, por un lado, de la entrada gradual de Luz Pozo en esa apacible estancia (aunque no sin cicatrices dolorosas) de su, por fortuna, prolongada y lenta madurez; por otro, también fue surgiendo desde lo más esencial y genuino de sus raíces; unas raíces que tocan y besan ya el corazón o centro obsesionante de la Galicia profunda y milenaria que todos amamos.
Recibamos y escuchemos, esta tarde, en Ferrol, con el afecto y el reconocimiento que se merece, a esta tan ilustre como admirada poeta que hoy nos honrará con su visita.

LUZ POZO GARZA

Te puede interesar