Una generación perdida

El informe de la OCDE “Panorama de la educación 2012” entraña tanta gravedad que es razón más que suficiente para que todo el país se ponga a pensar y todos los políticos, del gobierno y de la oposición, se encierren para revertir esos datos escalofriantes.

Cerca de dos millones de jóvenes españoles de edad entre los 15 y los 29 años, el 23 por cien de los de esa franja de edad, pertenecen a la generación llamada popularmente “nini”, de chicos que ni estudian ni trabajan.

El informe es una foto fija del al año 2010 -a día de hoy seguramente los datos serán peores- que revela fallos en el mercado laboral, incapaz de absorber mano de obra joven. Pero de él se desprenden también fallos en el sistema educativo que tiene enormes deficiencias, entre ellas el abandono escolar, que las sucesivas leyes de enseñanza no fueron capaces de corregir y, probablemente, tampoco lo hará la que prepara el gobierno actual.

Una segunda deficiencia es la escasa implantación de la Formación Profesional -España es el país de la OCDE con menor porcentaje de diplomados- y la propia estructura y programación de este área formativa que tampoco responde a las demandas y necesidades de la empresa.

En la reciente visita de Merkel a Madrid los empresarios alemanes explicaron a sus colegas españoles su sistema de Formación Profesional que en aquel país facilita el tránsito de las aulas al mercado de trabajo y parece que los empresarios españoles quedaron prendados del modelo alemán que consideran válido y aplicable a la situación española. Pero ya verán cómo aparecerá alguien -algún dirigente o algún sindicalista- que dirá que nuestras circunstancia educativas y laborales son distintas y, por tanto, lo que hacen en Alemania no es extrapolable a la situación española que seguirá adoleciendo de escasa o nula coordinación entre las aulas y la empresa para formar y facilitar a los jóvenes su acceso al sistema productivo.

La OCDE alerta a los dirigentes políticos sobre la situación de estos jóvenes. Deberían tomar buena nota y estudiar por qué invirtiendo más en educación que otros países -pese a los recortes- España tiene peores resultados. Y, sobre todo, deberían llegar a amplios acuerdos en educación, que es una inversión productiva que garantiza el futuro del país.

Pero va a ser que no porque la nueva ley de educación que prepara este Gobierno -otra más- nace sin acuerdo, ni siquiera de mínimos. La cambiará el próximo, como viene siendo habitual en este país y seguiremos perdiendo a los jóvenes.

 

Una generación perdida

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