La inmensa mayoría de los mortales firmaría ahora mismo con resultar agraciado con una bonoloto de 123 millones de euros. Y seguro que también casi todos sabrían a qué dedicar si no todo ese dinero, sí al menos una cantidad importante. Sin embargo, el Ayuntamiento coruñés es una rara avis que, hasta el mes de septiembre, lleva sin gastar precisamente esa cantidad: 123 millones de euros. Seguro que a cualquier coruñés que se le consulte se le ocurren cuando menos doscientos modos de invertir ese dinero para que los vecinos y la propia ciudad salgan ganando. Y, sin embargo, esos genios de la eficiencia que conforman el Gobierno local herculino son incapaces de encontrar destino para semejante cantidad de dinero. Luego, eso sí, se les llenará la boca hablando de sus políticas sociales, de su trabajo por la “xente do común”, pero la realidad es que, si en algún momento hicieron algo, podrían haber hecho muchísimo más. Tan solo tendrían que haber buscado proyectos correctos en los que invertir ese dinero que parece que les sobra.