La temporada, al menos, termina con una sonrisa para el Galicia de Mugardos. No compensa el descenso sufrido la semana pasada, pero el título de la Copa Ferrol conquistado le permite acabar el curso con una alegría en forma de triunfo claro. Además, le hace demostrar su nivel ante un rival que, por contra, confirmó que la temporada se le estaba haciendo muy larga, como reflejó el marcador del choque.
 

No pudieron empezar mejor las cosas para el Galicia de Mugardos, que inició el partido más vivo que su rival para adelantarse gracias a la claridad de Vicente tras recuperar la pelota cuando su rival trataba de salir con ella controlada. El tanto, además, asentó la puesta en escena de los jugadores de Fontao, que se mostraron superiores sobre el terreno de juego ante un rival que empezó sorprendido por la salida del rival, pero que poco a poco se vio muy impotente.
 

Con el Galicia como dominador de la situación, la efectividad del cuadro mugardés hizo que casi cada acercamiento que protagonizó sobre la portería contraria se tradujese en gol. Primero, cuando Torres cabeceó a gol un centro desde la izquierda. Y poco después cuando Piquero, solo en el área tras recoger un rechace, cruzó la pelota al fondo de las mallas. Así que se había disputado poco más de media hora del encuentro y este ya estaba prácticamente resuelto.
 

Este último tanto, de hecho, dejó grogui al cuadro valexo, del que apenas hubo noticias en ataque –solo un disparo al poste de Álex Casteleiro con el tiempo reglamentario ya cumplido–, mientras que en defensa veía que cada vez que su rival se acercaba a su portería estaba cerca de marca. Así que al descanso llegó con la final casi perdido, solo a expensas de que en la segunda parte un milagro le diese vida.

Cambios

Cuatro cambios de golpe en el descanso fueron la manera en la que O Val trató de dar un giro al partido. Con ellos varió tanto su disposición táctica como el perfil de sus futbolistas. Pero más allá del acoso de los minutos iniciales de la prolongación, el Galicia de Mugardos controló con cierta suficiencia este intento de rebelión.
 

A medida que pasaban los minutos, los espacios empezaban a aparecer cerca de la portería valexa, así que cada vez que el Galicia recuperaba la pelota creaba peligro a través de las transiciones que realizaba. De todas maneras, O Val no dejó de intentarlo –unas acciones individuales de Pol y Álex Alonso fueron sus mejores intentos–, pero no llegaron a inquietar a un David Gómez que vivió un partido más cómodo de lo esperado.
 

Los últimos minutos, de esta manera, solo sirvieron para que el Galicia de Mugardos pudiese disfrutar de lo conseguido ante un rival que, a pesar de marcar en la prolongación, termina la temporada a expensas de saber si se queda o no en Preferente Futgal por la presunta alineación indebida de un rival que lo puede afectar.

FICHA TÉCNICA