Afirman indolentes que para la derecha todo es ETA, y escriben ETA en todas sus ocurrencias, con la indolencia que el niño pronuncia lo obsceno, a despecho de ellos y de las víctimas de ETA.
Hace años, siglos quizá, que los españoles no hacemos sino derrotarnos. Nos repugna la idea de España porque parece ser que es cosa de Franco. Nos asquea su bandera porque nos recuerda a Franco. Cuándo, pregunto, ¿dejamos de ser españoles para ser Franco? ¿Dónde el español que canta J. Hierro?: “Cuando caía un español se mutilaba el universo/ Los velaban no en D’Agostino Funeral Home/ sino entre hogueras/ entre caballos y armas/ Héroes para siempre/ Estatuas de rostro borrado/ Vestidos aún sus colores de papagayo/ de poder y de fantasía. Quizá también estos versos asqueen nuestra mala conciencia. Porque también la historia está habitada por Franco. Para la derecha todo es ETA, puede ser. Pero no es menos cierto que para la izquierda todo es Franco.
Creo que toca hacer algo por nosotros mismos que no sea defender asesinos y recrearnos en la mala calaña del dictador. Hacer desde lo solidario un Estado que sea nuestro y no solo de los mercados y el bienestar.
Es esa ausencia en lo digno el gran fracaso de esta sociedad gobernada por mediocres y oportunistas que no saben si no mentar la hidra del terror. O no cesan de batalla con el fantasma del dictador. Dignidad en la memoria y justicia sin rencor, y de su mano concedernos el perdón.