Los más de mil millones de hermanos de Maduro

HUGO Chávez –menudo pájaro– se transformó en pajarito cuando llegó al otro mundo y regresó a este para trinarle al oído a Maduro. El presidente venezolano pensó que tenía el don de lenguas y se lo demostró al mundo entero hablándole a unas vacas, a las que les pidió su apoyo para la Constituyente. Las vacas no le hicieron ni caso –es posible que no le entendieran– y no le votaron, pese a lo cual sacó adelante la Constituyente, máxima ilusión para un país que se muere de hambre y que sueña con la libertad. Pero está empeñado en hacerse entender por los animales, porque no deja de rebuznar. El último rebuzno lo ha soltado al estallar la crisis de Huawei, al ordenar “una inversión inmediata a favor de nuestros hermanos chinos”. De un minuto para otro le han salido más de mil millones de hermanos. Pata negra, mano negra... y el cerebro ya no te cuento.

 

Los más de mil millones de hermanos de Maduro

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