TRÁFICO DE INFLUENCIAS EN FERROL

La denominada operación “Torre” no deja de deparar sorpresas. A la supuesta participación del edil de Obras socialista durante el anterior mandato en la concesión de obras sin previo procedimiento de contratación, se sumó ayer la del también edil socialista durante el mismo período, Ángel Mato, imputado ahora, como el primero, en el caso. Comparten supuestas responsabilidades dos aparejadores municipales, el anterior interventor local y, también como última novedad, el actual. Mato, uno de los pesos pesados del gobierno de Vicente Irisarri, está llamado a declarar en relación con la concesión de obras “menores” a la firma Albanese, algunas de cuyas facturas contenían como concepto el eufemismo de “traballos varios pequenos”. La práctica, consentida durante años, por la que tras la concesión encadenada de contratos por cuantías menores se esconden importantes adjudicaciones sin el previo control administrativo, debe estar llamada a la desaparición, porque es ni más ni menos que este recurso el que permite, bajo una supuesta legalidad, ampararse en la impunidad. El control administrativo debe ser férreo, en especial en un momento en el que, como establecen algunas encuestas, hasta el 95 por ciento de los consultados consideran la corrupción enquistada en el panorama político de este país. Vaya por delante la presunción de inocencia, pero también la de que la Justicia no admite trampas.

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