LOS espías que Corea del Sur tiene en la del Norte –a ver quién es el guapo capaz de determinar si uno de esos chinitos es de un lado o del otro de la frontera– han concluido con éxito una arriesgada misión. Han descubierto los motivos de la obesidad del mastodóntico presidente norcoreano, Kim Jung-un, el único gordo de su país: como y bebe compulsivamente por el estrés que le causa la preocupación por su seguridad... Antes, ser espía era una cosa seria.