Las malas consecuencias de haber sido sincero

CARLOS Sobera enarca la ceja esta temporada en un programa denominado “First Dates”, que es como la Celestina, pero en versión catódica, pues su objetivo es emparejar a los participantes. Se trata de aquel espacio en el que a una tal Diana le quisieron acoplar a un pontevedrés llamado Facundo; él confesó que era mareante y ella respondió: “¡Madre mía, se acabó la cita!”. La mayoría de los especímenes que participan son bien raros, incluso en algunos casos da la impresión de que llegaron al plató por error, pues buscaban el de “Mujeres, hombres y viceversa”. Pero los hay también que saben a lo que van y hasta son sinceros. Por ejemplo, Juan, que le confesó a su pretendida partenaire que era muy agradable, pero que físicamente no era lo que buscaba. Ella se indignó porque nunca la habían rechazado. ¡Ay, la sinceridad!, a veces hasta es peligrosa.

Las malas consecuencias de haber sido sincero

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